En esta pequeña obra, quise rendir mi pequeño homenaje al singular y único entre los pintores, Leonardo. Elegí una modelo con caracteristicas muy en consonancia con los rostros femeninos que pintara el genio florentino. Mujeres de oscuros y misteriosos ojos, de líneas ovaladas, de cabellos largos e igualmente oscuros, y sonrisas suaves, apenas esbozadas.
Luego escogí dos figuras, que para mí són el paradigma del misterio, en sus obras, tratándose de"Santa Ana y la Virgen", pintadas a base de técnica mixta, donde aflora el pastel como dominante. Las situé justo, entre los pechos de la modelo, en el mismo centro del cuadro, e interiorizando así el simbolismo leonardiano, como en el corazón de la modelo; fiel exponente del ideal renacentista de su obra.
El soporte del cuadro es tabla de madera de álamo, y pinté sobre un fondo en "verdaccio", (a la usanza de la escuela florentina); con técnica de temple en la base, para posteriormente finalizar en óleo.
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