viernes, 27 de septiembre de 2019

LUIS ORTIZ SALLES


  La profesión de cocinero está de moda, y los que amamos esa difícil profesión andamos un tanto saturados de ver a tantos profesionales, y que no dudamos de sus calidades jamás, pero ya se nos antojan maniqueos, todos se parecen entre sí; en definitiva, lo que podría ser algo creativo y divertido se ha transformado en un guión repetido.
   Por todo esto, el haber visto los vídeos de Luis Ortiz Salles, un amante de las artes culinarias, nos hace reencontrarnos con una manera de cocinar diferente, donde el "chef" se transforma en un ameno comunicador, casi un monologuista que hace del humor y la improvisación su gran base para crear unos minutos llenos de magia y felicidad.
 
En la vida de Luis hay un poco de todo, y el humor siempre está presente.

  La cocina de Luis se basa en la tradición de su tierra (Cieza), enriquecida con algunos toques de éxotismo oriental o ingredientes de herbolario como la Maca andina. Lo mejor de sus vídeos es la predisposición del autor a crear la atmósfera para la elaboración; lo demás no importa, ni siquiera muestra el resultado, lo cuál le convierte en un cocinero divertido y fuera de lo común.
  No hay "atrezzo" ni decorados propios de estos eventos, sólo una sencilla cocina, propia de un apartamento, con las materias elementales. La "misse en place" como Luis llama a la elaboración es una continua cascada de golpes frescos donde aflora la personalidad de un hombre que denota amar la vida, a su mascota y alguna que otra mujer, y sobre todo sabe reírse de sí mismo, lo cuál siempre es una muestra de suprema inteligencia. Aquí dejamos una muestra de su arte:
          
                 Aletria ciezana (Fideuá)
  
   Desde este humilde blog, animamos a Luis en su más reciente epopeya culinaria...

LÁGRIMAS PENITENCIALES EN G.H. VIP


    A los  maravillosos guionistas del mayor reality de las televisiones ibéricas, en su versión "Vip", no les bastaba con la profusión de llantos cotidianos de los seudofamosos concursantes, y han querido potenciar el derramamiento fisiológico. Lágrimas que por otro lado tienen la misma autenticidad que el sudario de Turín, o un Modigliani del Rastro; parecieran lágrimas de plañideras profesionales que cumplen su trabajo en el velatorio donde les contrataron. 
  Lo curioso de estos espacios televisivos es comprobar la dinámica cotidiana de los concursantes. Realmente maravilloso,tienen contratos para cobrar elevadas sumas de dinero, según el nivel o altura de famoseo que tenga el concursante; sus labores en el encierro casero son especialmente el "dolze far niente", convertirse en estupendos vagos profesionales; tienen todo el tiempo para hablar y de sus bocas no surge ningún tema de interés cultural o algo que pueda dejar huella en el espectador; porque las tareas domésticas apenas les suponen una pequeña porción de tiempo, y además se les ve con desgana, con la misma apatía que un soldado puede limpiar letrinas. Casi sin dar un "palo al agua", en unas vacaciones pagadas a precio de oro se les ve llorar como magdalenas penitentes y de vez en cuando acuden a un cuarto frío y aséptico donde escuchan la voz en off de una especie de mini-dios de andar por casa, al que llaman "super". Este misterioso personaje les espía durante las 24 horas, y les escuchará como si fuese una mixtura entre psicólogo y cura-confesor; dejarán sus amargas lágrimas esparcidas por la moqueta para luego salir reconfortados a reunirse con la grey. Es un homenaje a las confesiones cristianas, aunque aquí no tendrán que redimir sus pecados a base de rezar avemarías, credos y padrenuestros...
 
Mila Ximenez extrae pañuelos para limpiar sus "penitenciales lágrimas".

   Todas estas mini "tragedias griegas" alimentan el espacio televisivo de forma sustancial, y como la filosofía del invento hunde sus raíces en la égida social-comunista, es decir: incentivar a pecar al personal, procurarle ciertos placeres para luego censurarles y hundirles en la miseria. Pues eso, los cerebros del reality decidieron ir más allá y darle una vuelta de tuerca al sistema, y así crearon lo que pomposamente denominan como "Curva de la vida".  En un salón, absolutamente oscuro, con escasos puntos de luz y frente a un lienzo negro, que hace de encerado escolar, los concursantes van esbozando a través de líneas y palabras una síntesis de sus vidas. A la izquierda de la enorme pizarra les espera una gran caja con pañuelos de papel para enjugar todo el lagrimeo que éstos irán generando a lo largo del proceso. El presentador de turno hará el papel de psicoanalista mientras el público asiste impasible al strep-tease emocional del susodicho concursante. En el desenlace apenas hay cosas positivas que mencionar, los resultados suelen inclinar la balanza en las desgracias sufridas por el concursante. Es como un proceso penitencial post-moderno, no tiene que ver con cilicios o flagelaciones de la edad media, pero sí tiene mucho más público testimonial que todos los procesos de la Inquisición española juntos.
  Hasta el concursante mas rocoso y frío sufre las consecuencias de la sesión terapéutica y suelen derrumbarse emocionalmente. ¡Enhorabuena a los guionistas!...Hicieron un trabajo de lujo.

lunes, 23 de septiembre de 2019

TRIGUEROS SUPERSTAR


   La culminación del "Trigueros Tour" tuvo lugar el sábado 21 de septiembre en "La Condomina" de Murcia. Como si de un festival de rock se tratara, Trigueros representaba la gran estrella, mientras el papel de teloneros era para los novilleros Marcos y Parrita. Y así fue, el público asistente suspiraba por ver triunfar al joven novillero de Javalí Nuevo. Junto a familiares, amigos y compañeros de la escuela taurina salía en procesión, camino del Hotel Nelva.
Con ese empaque toreó Trigueros.
   Hemos seguido su temporada, y para nosotros ya es un ídolo en esta desquiciante tauromaquia actual. José María sabe andar por la plaza, cuida y potencia sus gestos toreros a la hora de dirigirse al palco, cuando brinda al público, controla bien los tiempos y derrocha cadencia y empaque; son actitudes que no todos pueden evidenciar, además de llevar entre sus anhelos cuajar faenas de refinada estética, de manejar la mano izquierda con auténtico primor.
  Los novillos de "Lagunajanda" parecían venir de la triste época cuando por problemas de alimentación y falta de casta, los toros se caían en cualquier festejo. La falta de fuerzas fue protagonista en ellos, tuvieron nobleza y como ahora se dice, "fueron manejables"; el mejor lote se lo llevó Trigueros (incluyendo el sobrero de "Las Ramblas"). Después de verlos bajo los petos nos pareció que aquello hubiera servido para una aceptable novillada sin picadores.
Lamentable escena, cuando las cuadrillas han de levantar al toro que ha rodado por la arena.

   Los dos primeros novillos provocaron el sopor entre la concurrencia. Como de costumbre se picó mal, el tercio de banderillas se cambió con sólo dos pares y los actuantes apenas sacaron brillo de aquello. La catarsis llegó con la salida alegre e impetuosa del tercer novillo, que fue recibido por Trigueros con tres largas cambiadas. Era el elixir que el público esperaba; la tarde de cielos plomizos se trastocó luminosa con los lances de Trigueros. Pero, aquel ensueño dio paso a la crudeza de ver por los suelos al animoso burel. El presidente hizo el cambio y el sobrero de "Las Ramblas" sirvió para que José María esbozara los principios estéticos que haría cumbres con el sexto.  
 
Ambiente familiar en la plaza para presenciar la novillada.

  Después de pinchar, Trigueros paseó una oreja del novillo. De no haber fallado con la espada de acero que diseñara Pepe-Hillo hubiese conseguido un resultado mucho mas pletórico.  La merienda, tan clásica en las plazas del sur, nos dejó un tiempo para las reflexiones y meditamos acerca de un detalle que ya nos impactó anteriormente: entre toro y toro, y mientras los areneros adecentan el ruedo, en el ancho callejón de La Condomina se sitúan diversos guardias de seguridad y algún que otro agente de policía. Todos ellos observando al público de los tendidos de sol, como si se tratase de un partido de fútbol. Los públicos taurinos nada tienen que ver con el futbolero. (Y dentro del fútbol no todos pertenecen a grupos ultras). Aquí no se desatan las violencias propias que generan los fanatismos; como mucho aplauden, silban cuando un toro se cae y el resto del festejo se lo pasan comiendo pipas. Por ello, no encontramos razón alguna que predisponga esta situación; el aficionado a los toros es pacifista y sólo aspira a recrearse con el arte de los toreros. Si acaso, el mundo de los toros vivió épocas convulsas cuando la intensa rivalidad entre Lagartijo y Frascuelo o Joselito y Belmonte, -aunque nunca la sangre llegó al río ni hubieron victimas como en el fútbol-; en la actualidad se vive una calma absoluta; ya no existen figuras de ese potencial que dividan a los públicos y provoquen fanatismos.
 
El escaso público de los graderíos de sol frente a los vigilantes.


   Pero bueno, después del descanso el festejo subió el nivel y vivimos detalles de Marcos de enorme intensidad. En los medios se esforzó con el novillo, sacando petróleo de otro animal con las fuerzas pendientes de un hilo. Al final y como si emulara a Perera, se pegó a una oreja para provocar un "arrimón" que calentase la tarde gris. Un trofeo consiguió.
 
Así entraba a matar Marcos, a su segundo novillo.

  Del otro murciano, es decir Parrita, diremos que anduvo voluntarioso, aunque quizás puede que su papel como virtual telonero le enfriase el ánimo. Entre lances con cierto brillo tuvo verdaderas fugas, momentos en que parecía perdido.  Por cierto, su físico nos recordó a Agustín Parra "Parrita", un torero madrileño, hijo de aquél otro Parrita de la época de Manolete.
 
Parrita en un lance a su segundo novillo.

  De nuevo, nuestro ídolo torero, nos regaló una forma de sentir el arte de un lidiador en su total dimensión: desde los lances preciosistas de capote en notables "delantales" cerrados con medias de sentimiento jerezano (Paula). Tuvo el detalle torero de colocar al novillo lejos del caballo. Luego al picador se le aplaudió precisamente por no picar al "lagunajanda". Apenas le insinuó un picotazo. Incluso sus propios compañeros de oficio le felicitaron. Es como si los novillos hubieran llegado a la plaza ya picados desde la finca.
 Nuestro ídolo brindó al padre, y también tomó los medios como terreno propicio para crear una serie de lances que transmutaron la plaza y nos hizo soñar con el toreo eterno. En uno de los naturales, apareció en nuestra mente como sortilegio, unos naturales sublimes del padre del actual Manzanares, que diera en una lejana tarde del Corpus en Toledo a un bravo toro de "Los Guateles".  ¡Eso es lo que nos hizo recordar Trigueros!...¡Ni más ni menos!...Cerró la faena a base de "bernadinas" .
 
Trigueros con el sexto del festejo, donde se atrevió a bajarle la mano, circunstancia complicada por la escasez de fuerzas de los "lagunajandas".

   Todo fue un hechizo, un bálsamo espiritual para el aficionado y todo ello se desmoronó en el momento crucial de cruzarse precisamente con el novillo; en el pasaje único de la lidia donde el torero debe atacar. Ahí, quizás le faltó el ardor que desprendió en su trasteo de muleta, el caso es que pinchó repetidas veces.  

Pletórico Trigueros, después de haber exprimido la nobleza de su oponente.
  La tarde era especial y el público asistente disfrutó con las perlas toreras de Trigueros y dejó al margen el acierto o desacierto con la espada, para entregarse y engalanar al joven novillero con un trofeo que le haría salir por esa imaginaria "Puerta del Príncipe" en versión murciana.
 
Al igual que los espectadores de sol, los empleados de la plaza también comen pipas...

  Un misterio, una cuestión,  ¿llegará Trigueros a ser figura? Ni idea. En el toreo sólo se vive el presente; el triunfo de hoy no te absuelve del mañana, por ello constatamos al igual que los aficionados que fueron a verle, que tiene hechuras para ser "alguien en esto", -como suele decirse en el argot. Aunque lo que sí podemos afirmar rotundamente es su calidad como persona, la tremenda sencillez que emana, su solidaridad para con sus compañeros, la calidez y la verdad de su ser...
Trigueros llevando a hombros a Iker, uno de sus compañeros de la escuela taurina.
 

domingo, 22 de septiembre de 2019

GH-VIP: "PANTOJOS" Y ALGÚN PLAY-BOY ITALIANO


El crítico de televisión Jorge Monegal los denomina "los ratoncitos de la casa de Guadalix"; y en realidad acierta en su etiquetado. El espacio televisivo que va para veinte años desde su estreno en España, acapara la atención de telespectadores de medio país. La idea de unos productores holandeses germinó en la decadente Europa allá por el año 2000. En muchos países se dejó de dar, pero aquí todavía le queda combustible, al parecer.
  Lo más exitoso vienen a ser el VIP y la denominada "Isla de los famosos". En uno y otro, los intereses de la "cadena amiga" siempre se basan en contratar a algún miembro de la ya celebérrima familia Pantoja. Desde hace años la mentada cadena amiga vive una continua desazón en torno a la gran jerarca del clan; una obsesión que se tornaba enfermiza, hasta que por fin lograron llevar a la viuda de Paquirri a la isla de los llantos y las hambrunas televisivas.
  Después de lo primordial en la selección de los concursantes, es decir alguien que tenga que ver con la estigmatizada finca "Cantora", contratan a profesionales de algún medio venidos a menos, en situaciones delicadas en torno a la pasta. Algunos consiguen redimirse y vuelven a sacar cabeza después del "reality". Y en todos estos saraos siempre subyace la figura de unos italianos, armarios tallados en gimnasios, con apariencias de gigolos de agencia y con un cierto deje como de haber pertenecido a nobles familias del norte del país alpino, aunque en ese momento estén "secos como la mojama". Uno de ellos lucía sus iniciales doradas en un elegante albornoz de color rojo carmesí. Son los concursantes que siempre son de origen italiano, posiblemente en homenaje a uno de los dueños de la cadena amiga. Play-boys que utilizan el formato televisivo puede que para ofrecer sus encantos irresistibles como plataforma en la vida real.
  Entre todo este marasmo siempre hay cabida para alguna que otra criatura salida de un esperpento de la propia cadena:
"Mujeres, hombres y viceversa". En estos no hay nada que rascar salvo su excelsa egolatría, y un irresistible deseo de ser admirados por sus elocuentes desafíos carnales y nada de nada en su bagaje cultural. Todo este entramado de mezquindades, odios y miserias humanas está presentado por dos comunicadores de origen catalán ambos: Jordi González y J.J. Vázquez. El primero ofrece una imagen de racional, escéptico y descreído en casi todo. Ya en "Moros y Cristianos", un programa que presentara en los noventa mostraba una absoluta indiferencia a todo cuanto oliera a "prensa rosa", famoseo y elementos parecidos. En esa época el presentador hacía gala de un excelente humor, un humor de cierto "caché". Actualmente es sólo una rémora de aquella etapa feliz, también en la cadena amiga. Ahora, Jordi ha de lidiar con híbridos del famoseo, con personajillos de corto recorrido; si en aquél tiempo le dicen que su futuro estaría ligado a los grandes hermanos le hubiese dado como mínimo un vahído. Recuerdo un momento sublime, cuando alguien en el plató le interpeló acerca de la dudosa credibilidad de los votos por teléfono y mensajería. Jordi esforzó al máximo su fingida perplejidad facial y como un actor histriónico intentó salir del atolladero. 

  El otro comunicador, en cambio se postula como un absoluto creyente del reality; a veces pareciera como si fuera él su creador. Al contrario que González que se muestra recatado en torno a su vida íntima, J.J. anima el cotarro con infinitas alusiones al sexo, sean propias o ajenas. Ejerce como árbitro de la moral en el ámbito televisivo; eso sí, los invitados del plató han de reír sus innumerables ocurrencias acerca de sus veleidades amoroso-sexuales. A veces pareciera un pavo real, esplendoroso y brillante mientras  tira "los tejos" a algún musculado concursante que le haya suscitado morbo. Ahora bien, si alguien de los concursantes o invitados en el plató tiene un desliz de corte machista, inmediatamente les amonesta o expulsa del evento. En la pasada edición echó a un par de desgraciados invitados, sin embargo no se atrevió con un miembro de la saga Matamoros que había cometido el mismo ultraje. Altivo, henchido de egocentrismo, se siente el faro de Alejandría en cuanto a dictar sentencia sobre las cuitas sentimentales de los concursantes. 
  Lo que Orwell intuyera allá por los años cincuenta y dejara escrito en su novela "1984" se trasluce en estos espacios televisivos: un control microscópico de los miembros de una comuna, privandoles del menor atisbo de intimidad, sometiendo y rebajando sus condiciones de humanos para relegarlos al nivel animal. En la última edición de GH-Vip para acceder a lo que se denomina "confesionario", los concursantes han de gatear por el suelo y entrar como si se tratara de una perrera. La concursante Mila Ximénez se negó a participar en semejante humillación. Las escenas en la isla  mientras todos engullen en apenas un par de minutos un plato de espagheti al unísono y mediante las manos, entre sudores, cabellos sucios, tierra, barro, etc, nos hace recordar cuando una panda de gatos callejeros andan enzarzados entre peleas y riñas para devorar un esqueleto de sardina. El nivel ético y estético no puede ser mas degradante. Y sin embargo, la sensación que ofrecen es de pleno acatamiento y todo ello les parece normal. Todos estos concursantes van girovagando en torno a estos realitys de la cadena, por tanto son siempre los mismos, y si aparecen novedades, estas suelen ser novios o amantes de alguno de estos concursantes iniciales.
  Sobre la "transparencia" de estos eventos está bien a las claras que sobrepasan al nivel político, ¡que ya es!...Cuando la popular "princesa del pueblo" participó en GH-Vip, justamente el día que ingresaban en la diabólica casa de Guadalix, el crítico Monegal comentaba en el programa "Julia en la onda": "A la señora Belen Esteban, Tele Cinco quiere agradecerle los grandes beneficios que ésta le aportó mientras sostuvo su romance con el torero de Ubrique, y le hará ganadora del reality". Así fue, el crítico catalán lo clavó; durante su estancia la princesa del pueblo casi siempre estuvo al borde de la expulsión, pero al final se alzó con el premio. ¡Esa es la fantástica transparencia televisiva!..
   Sabemos de la cretinización de los concursantes, de su infantilización, pero desconocemos los efectos que estos seriales televisivos dejan en los espectadores.


 

miércoles, 18 de septiembre de 2019

EL FUTURO DE LA TAUROMAQUIA


  Si los taurinos siguen en la misma tesitura con su habitual falta de imaginación, instalados en el conformismo más absoluto, esta fiesta que rinde culto al Minotauro, a la lucha del hombre frente a una fiera, creando un arte que perece con su ejecución, esta tradición de siglos irá menguando hasta llegar a un estado donde sólo sobrevivirán aquellas plazas de primer nivel: Madrid, Sevilla o Pamplona. Ir a los toros será como ir a la ópera, sólo unos pocos escenarios para su representación. Las plazas de tercera y algunas de segunda irán desapareciendo del orbe taurino. Si tiramos de estadísticas, en los últimos veinte años han descendido sensiblemente el número de festejos y en muchos lugares se dejaron de dar toros. Ya son muchos los empresarios que claman por la inviabilidad de los festejos en plazas de tercera, especialmente cuando se trata de acartelar figuras. La razón es muy simple: las figuras actuales no tienen poder de convocatoria, no llenan los cosos; por otro lado nunca fueron solidarios en tiempos de crisis, mientras ganaderos y demás personal rebajaban sus honorarios, ellos siguieron mirando para otro lado.
   Los aficionados andan hartos del "monoencaste", de los perritoros, de pagar unas entradas carísimas para ver un espectáculo tan previsible y que no les aporta ningún aliciente nuevo. Para mayor afrenta, están los medios oficialistas, hoy propagandistas de toreros y alejados de la realidad. Es normal leer: "toros de correcta presentación" cuando se refieren a una corrida que acabamos de presenciar y cuyas puntas de los pitones parecían auténticas bolas de ping-pong. El afeitado es ya algo que apenas inquieta a nadie. En los ochenta se perseguía este fraude y cualquier indicio era noticia en los medios informativos. ¿Y qué decir de la "suerte de varas"? El tratadista taurino Sánchez de Neira, ya lo decía en 1879: "entre los de a caballo, fuerza es confesarlo, cada día es menor el personal que sirve para picar toros".
   Lo del sorteo ideado por el productor francés apenas fue un espejismo en el desierto. De haberlo llevado a cabo en el sistema general de las ferias hubiese tirado por tierra las querencias de los grandes interesados en que esto siga igual. ¿Habría solución para todo este desbarajuste? Claro, existe una remota esperanza para subvertir esta situación. Si comprobamos como se hacen las cosas en el país vecino, es decir Francia, caeremos en la cuenta de la buena salud que allí goza esta tradición artística tan nuestra. Cierto es, que aquí ya existen muchos aficionados que gustan y claman por los encastes llamados toristas, que no quieren saber nada de la saga Domecq. Que sus miradas están puestas en la aparición de novilleros que aporten frescura y autenticidad a esto. En definitiva, se sueña con retomar una tauromaquia que tenga que ver con siglos pasados, donde el toro era verdadero protagonista, la suerte de varas era primordial y los matadores eran elementos secundarios. De esa forma prevalece la auténtica esencia de este espectáculo.
   La organización de novilladas y espectáculos menores es esencial para reactivar esta tauromaquia en declive; pero claro, luego escuchas a los empresarios: "montar novilladas tienen los mismos gastos que una corrida", por lo que se decantan por estas últimas. ¿Será lo mismo pagarle al Juli sesenta mil euros por destorear un par de ejemplares aborregados o simplemente cubrir los gastos de un novillero, como se suele hacer con éstos? 
  Y lo mas lamentable está en que el aficionado y espectador, que en realidad son los que mantienen esta "fiesta" no tienen voz ni voto. Hemos sido testigos en varios actos de presentaciones de carteles, cómo se ningunea a aquellos que educadamente han discrepado de algún elemento de los festejos programados. Verdaderamente lamentable, cuando estos sufridos espectadores tienen que pasar por taquilla, pagar lo que se paga para presenciar un espectáculo tan previsible, en un lugar decimonónico e incómodo y encima se les desprecia.
  Los clubs taurinos deberían comprometerse con mayor ahínco en estas cuestiones, al menos para salvaguardar la escasa fe que todavía queda en los aficionados.

   Por suerte, para los que todavía suspiramos por una tauromaquia pura e íntegra, nos quedan algunos referentes en España como Villaseca de la Sagra, Calasparra o Arnedo. Allí se muestra la verdad de esta fiesta tan depauperada y venida a menos.

lunes, 16 de septiembre de 2019

TORMENTO Y ÉXTASIS DE JUAN BAUTISTA

Bautista junto a su última obra.

  Los escultores especializados en el mundo sacro, es decir "imagineros", dedican todo su tiempo a la creación de figuras que enaltezcan las creencias cristianas. Estos artistas no tendrían trabajo alguno con otras religiones, donde no se venera figura egregia o mítica. El dios de los judíos no tiene formas físicas y la idolatría figura entre sus pecados de alto calibre.

   El caso de Juan Bautista es enteramente opuesto a la mayoría de los recreadores del arte sacro; él llena su existencia en el vértigo sensualoide de las pasarelas y su alma cuelga en la imaginaria percha de un "photocall".  La feria de las vanidades discurre por sus ojos estirados con la misma naturalidad de quienes toman café en la barra de un bar. Él es un hombre como diseñado para esos eventos, donde la frivolidad es carne sustanciosa que alimenta a las criaturas con ínfulas de divinidades terrenales. Hace unos meses, el escultor-modelo abandonó temporalmente su excitante vida fashion para adentrarse en la soledad de su taller y así poder abordar el importante encargo
 
Juan Bautista junto a miembros de la cofradía y su colaborador Antonio Milanés.

   procedente de una cofradía de Tobarra (Albacete). Se trata de un retablo que cobijará una imagen de la madre de Jesús en la iglesia parroquial del mismo pueblo. Estas obras le sirven a Bautista de la Vera Cruz para contrarrestar su vida cosmopolita, reduciéndola a lo sencillo y elemental, como si fuese un ermitaño medieval. Y puede, que también le rescaten de la vaciedad y el ruido mediático para aposentarse en una especie de atormentado éxtasis místico que le provocarán las horas pasadas en el taller mientras las gubias acarician la madera, deshojando y desnudando volutas y relieves que perdurarán en el tiempo.
   Es tal su entrega y devoción al trabajo, su absoluta abstracción de la realidad, que su tierra murciana se hunde en el fango de "Dana", esa horripilante gota fría que asoló el sureste español y él apenas se enteró.  
  Gracias al Cristianismo, hoy podemos disfrutar de grandiosas obras tanto pictóricas, escultóricas o musicales, surgidas para elevar los espíritus de los seguidores cristianos: Bach, Mozart, Leonardo, Massacio, Rafael, Della Francesca, Miguel Ángel y tantos otros tuvieron entre sus temáticas la propagación de la fe cristiana. Ahora, en pleno siglo XXI, Bautista se une a ellos.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

LA "MIURADA" DE CALASPARRA


La galopada del segundo novillo del festejo, que causaría el éxtasis del público.
   Por unos instantes creímos estar viendo toros en el suroeste francés, cuando el novillero almeriense puso al cárdeno de Miura casi en la misma puerta de chiqueros y desde allí anduvo galopando hasta el piquero. Luego, la ejecución no fue lo mejor, a pesar de los aplausos de la concurrencia. Evidentemente esos aplausos fueron para el detalle del novillero y la emoción que supuso el ver la galopada del toro. Estas cosas rescatan las mejores esencias de una tauromaquia que en el país vecino se contemplan con naturalidad, y sin embargo aquí resulta algo exótico y pasajero.


   La novillada de Zahariche fue de lo más dispar en cuanto a presentación; desde el primero, un tanto escurrido de carnes y de escaso trapío; el cárdeno segundo, con hechuras de toro cuajado y el precioso castaño oscuro en cuarto lugar, un toro en toda regla. Luego, dieron el juego habitual del encaste: aprendiendo rápido, algunos cabecearon bastante, pero también dieron opciones de triunfo; probablemente si se les hubiera dado mas distancia, toreándolos en línea y no tan encima, así como citarlos con la muleta retrasada no fue lo mas conveniente para estos toros.
 
Una vara muy al uso, trasera y caída.

   En realidad, causaron el respeto que este afamado hierro suele provocar en las cuadrillas. Para algunos banderilleros fue como ir al cadalso, y las miradas al palco para suplicar el cambio de tercio eran de lo más patéticas. Se picó trasero, como es ya habitual en cualquier plaza. La suerte de varas que es el verdadero embrión de la corrida de toros va perdiendo consistencia día a día, hasta que quede siendo un mero acto simbólico sin trascendencia alguna. 


   José Antonio Lavado, José Cabrera y Fran Ferrer fueron los elegidos para lidiar los novillos-toros o más bien los toros-novillos de la legendaria ganadería sevillana. Tanto Cabrera como Ferrer entraron por vía de la sustitución. Con diferencia, lo mejor llegó de manos de José Cabrera. Anduvo muy suelto y dispuesto; banderilleó con solvencia, aunque un tanto rápido, y manifestó sus deseos de querer ser torero. La espada le impidió sacar mejor provecho de su actitud torera. 
Cabrera en un par muy ajustado.

    La "miurada" cerraba el ciclo de una Feria del Arroz en el 2019, donde una vez más el carácter y potencia de las ganaderías anunciadas se impusieron a la labor de las cuadrillas; apenas se cortaron tres trofeos y sobretodo la labor de algunos subalternos fue de un deficiente preocupante, cuando se ponen en juego los encastes que en esta feria son protagonistas. Se percibe que el público asistente conoce y sabe de que va la cosa; censura actitudes toreras que en otras plazas pasarían inadvertidas y es crítico y exigente con la labor de los novilleros. Por ello, la "Caverina" no es plaza festivalera, donde las orejas caen del cielo como si fueran brillantes gotas de rocío para los toreros. Eso dignifica a esta afición.
 
El almeriense José Cabrera estuvo en novillero absoluto, rozando el éxito con los "miuras".

   Pero, sin lugar a dudas, Calasparra cumple tres décadas de organizar estas novilladas tan encastadas, que son un espejo donde el verdadero aficionado se mira cada septiembre. Es la cara B de la tauromaquia: los soñadores del toreo con escaso bagaje y oficio se las tienen que ver con estas tremendas novilladas, con toros de mayor trapío que los consabidos toreros-figuras suelen verselas cada tarde en cada feria. Los chotos domesticados que se mueven como por mando a distancia en tantas ferias, aquí están proscritos.
 
El empresario Chicote durante la "miurada".

   Un trabajo constante de año tras año, que confabula una de las mejores ferias de novilladas del planeta. La "filosofía francesa" aquí también funciona: las peñas taurinas eligen las ganaderías junto al empresario, y comparten criterios a la hora de contratar a los actuantes. José Vélez como alcalde y presidente de la plaza y el empresario granadino Pedro Chicote forman el eje de todo este maravilloso entramado taurino.