viernes, 30 de octubre de 2009

"SÁBANA SANTA"




Si uno pudiera, a través de una hipotética "máquina del tiempo", trabar amistad y dialogar con algún artista de la antigüedad, escogería al autor de la llamada "Sábana Santa", guardada en un cofre de plata en la catedral de Turín. Ese anónimo artista cuya obra fomentó más literatura, tesis, comentarios, conferencias que cualquier otro artista de la época que fuere. A partir de que el fotógrafo aficionado Secondo Pia, en el año 1898 hiciera unas fotografías a la sábana, y al revelar estas surgiera impresa la imagen de un hombre con huellas de haber sido crucificado, atribuyéndose a Cristo tal protagonismo por coincidir las heridas con lo descrito en los evangélios, el lienzo fue adquiriendo tal énfasis entre los interesados, creyentes y no creyentes, escépticos, intelectuales o científicos. Así, los primeros análisis que se hicieron en la sábana, dieron como fruto el hallazgo de óxido de hierro y albúmina, -circunstancia por la que los expertos médicos aludieron a la presencia de restos de sangre en el lienzo-. Los pigmentos ocre y rojo, con los que presumiblemente fueron pintadas las heridas en cuerpo, rostro y extremidades de la figura, contienen óxido de hierro, mientras que la albúmina se encuentra en la emulsión de huevo, propia para confeccionar pintura al temple. (La pintura al temple era la más usada en la época , ya que el óleo no existía por entonces). El científico italiano Luigi Garlaschelli, profesor de química en la Universidad de Pavía, acaba de presentar una réplica semejante a la sábana que se venera en Turin, elaborada con procedimientos y técnicas propias de la época, ( entre 1300 y 1350).


A petición de los "sindólogos", que así se denominan los que defienden como auténtico sudario que envolviera el cadáver de Cristo a la sábana de Turin; tres laboratorios distantes entre sí recibieron fragmentos de telas donde entre otros figuraba uno de la sábana, con el fin de dificultar los diagnósticos de las pruebas consistentes en datación por Carbono 14. Estos laboratorios dataron el tejido de la sábana entre 1260 y 1390. Curiosamente ninguno de los tres fijó la datación en época de Cristo. Evidentemente los "sindólogos" pusieron en duda y cuestionaron la veracidad de los análisis. ¿Qué hubiera pasado, si estos laboratorios hubiesen datado la sábana en la misma época de Cristo?......¿ Habrían dicho lo mismo acerca de su fiabilidad?..... Tampoco estos "sindólogos" hacen mención expresa de la carta enviada por el obispo de Troyes, en el año 1389 al Papa, denunciando la falsedad de la "reliquia". Al parecer este obispo conoció los entresijos de la elaboración de la sábana, así como a su autor.


No hace falta ser experto en arte, para darse cuenta de las desproporciones anatómicas que existen en la figura de la sábana. La cabeza, ligeramente pequeña en relación con el cuerpo. Los brazos increíblemente largos, como si de un Modigliani se tratara, así como las manos. Los brazos descansan en una posición poco menos que imposible, sobre la zona púbica tratando de ocultar los genitales. Los judíos solían ser enterrados con los brazos cruzados sobre el pecho. La transición entre cabeza y tronco es poco natural. La cabeza parece como sobrepuesta al resto del cuerpo. Pero si hay un detalle clave, es la melena , la forma como esta cae de manera voluminosa, como si un secador de pelo hubiese pasado por allí. Detalle más que extraño este, ya que alguien que sufrió el tremendo escarnio físico que relatan los evangelios, aquel cabello debería estar empapado en sudor, sangre, tierra, por lo que más bien parecería un amasijo estropajoso y no lo que refleja el rostro de la sábana.


A pesar de todos estos errores, tendríamos que valorar las grandes dificultades que tendría su autor para crear semejante lienzo, torpe o genial, que sin embargo y a pesar de los siglos transcurridos levanta dudas, pasiones recalcitrantes, muchos dedicaron su vida al famoso lienzo, algunos se enriquecieron.... Y a día de hoy sigue siendo el gran icono de la cristiandad.....

sábado, 24 de octubre de 2009

BARTOLOMÉ MARCOS


Hijo de ferroviario, su infancia transcurrió en Castilla, quedando huérfano de padre a muy temprana edad. Allí comenzaría sus estudios, hasta que los azares del destino le llevarian a Cieza, en la provincia de Murcia. Profesor y director en el Instituto "Diego Tortosa" de Cieza, Bartolomé destaca por su servicio vocacional en los medios de comunicación. Su colaboración en una televisión local, -desde que esta se iniciara-, así como columnista en varios periódicos de su localidad, donde sus artículos pasan por ser los más leidos y reverenciados. Entre tanto al profesor Marcos, le quedó tiempo y ganas para ser fundador, entre otros notables ciezanos, como el desaparecido poeta Aurelio Guirao, de la revista literaria "La Sierpe y el Laúd", que todavía pervive, "rara avis".....

Bartolomé Marcos podía ser perfectamente discípulo del portugués José Saramago. El grán excepticismo que rezuman sus escritos, las ácidas gotas de pesimismo o realismo, según se interprete, van diluyendose a través de su verbo cada vez más comprometido con su tiempo. Como todo pensador, Bartolomé tiene sus "rarezas", como son sus viajes vacacionales por el solar pátrio que es España; y cuando todos buscamos referentes gastronómicos en las ciudades o pueblos que visitamos, aquellos "platos típicos", los vinos de cada lugar, etc, el profesor Marcos sólo busca el "Corteinglés" que le pille más cerca para comer en su restaurante. Para el es lo más seguro, lo más práctico y se olvida de experimentar en cosas que no conoce.....

Imagino al profesor-filósofo Bartolomé Marcos, sentado, cigarrillo en mano, piernas cruzadas, junto a una mesa donde reposa una jarra de cerveza fría junto a un plato con berberechos, observando a través del ventanal de su casa, cuál sabio ateniense en el ágora, sus grandes y expresivos ojos atisban como van deshilachandose los referentes históricos de su pueblo-ciudad. Atónito y confuso, le cuesta digerir tánto atropello arquitectónico, tanto "feismo instaurado" en su ciudad-pueblo. No es de extrañar que ante la demolición de uno de los mejores teatros de la comunidad murciana, con mejores calidades acústicas y de nombre "Capitol", provocara la justa ira a Bartolomé y calificara como "Zona Cero" a lo que es todo un solar repleto de escombros, que en definitiva son una parte de la historia de esta su tierra, que lentamente va perdiendo sus señas de identidad por las excavadoras dirigidas por unos gobernantes conservadores, que quizás no sepan conservar el cada vez más escaso patrimonio de esta llamada "Perla del Segura".....