El pastel, una técnica pictórica tán agradable y agradecida siempre, ideal para plasmar esos momentos pletóricos de contraluces, luces de atardecer y cualquier situación donde el juego lumínico depare todo un crisól de sutiles matices.
La estampa que presento, tiene como escenario el veneciano barrio de Dorsoduro, muy cerca del puente de la Accademia, y el rio di San Barnaba. Sentada sobre un pretíl, la adolescente observa ensimismada, el ritmo cadencioso de una góndola al atravesar las doradas luces que inundan el puente del fondo. La atmosfera queda envuelta en tonos cobrizos, ocres y algún que otro gris evanescente, dejando clara la identidad de un atardecer en lugar tán plástico y poético.
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