martes, 18 de febrero de 2020

ROSTROS QUE DEJAN HUELLA (3) de JESÚS CARBONELL

Supercheria, mitología, tradición; Budismo al fin y al cabo en esta imagen en Kathmandú.
La alegre Cuba, destilando los sabores de un "habano".
La decadencia física oriental no sabe de pudores.
El bronce de su piel, la negritud de sus cabellos, y una alegria pletórica.
Todo un mundo de fraternidad aflora en este rostro musulmán.
La religiosidad budista no conoce edades.
Pastelitos de arroz.
Bambú, mercados tradicionales y una enigmática mirada.
Coloridos atuendos de trazas carnavalescas.
Jóvenes maternidades con sello indhú.
Un beduhino del desierto en tonos grises.
Ella posa ante la gentileza del fotógrafo.
La cotidianidad triste de un vietnamita.
Atisbos de felicidad en esta venerable anciana.
Piel cetrina, oscuros estigmas en la mirada rodeada de abalorios.
Frescura y ternura en un mirar que pareciera pedir indulgencia al fotógrafo...
La elegancia también existe en el mundo musulmán.
Jovialidad y un pequeño brote de fantasía en este atractivo retrato.

domingo, 16 de febrero de 2020

ROSTROS QUE DEJAN HUELLA, (2) de JESÚS CARBONELL

Las sensaciones de la India se filtran a través de los poros y arrugas de esta anciana.
Los mercados callejeros, son siempre fuente de inspiración para el fotógrafo.
Un ajado turbante, deshilachadas barbas, un interrogante en los ojos...
Sensualidad, misterio, y una mirada con matices de carbón en los ojos.
Destellos de felicidad en la isla de Puerto Rico.
Sosiego en este rostro vietnamita, entre brisas de mar.
Frutas exóticas, frutos de allende los mares, sabores del mundo.
Es como un saludo a la cámara, sabiendo que aquello traspasará el tiempo.
Tenderos, humildes quiosqueros; todos ellos posan con alta dignidad ante Carbonell.
La estética masculina, como un alto concepto en la India.
Plenitud caribeña, como un resorte luminoso.
Piel cetrina, mirada tersa de pupilas chispeantes.
Un paréntesis en el trabajo, para regalar unos instantes de amistad.
Pareciera preso en su propia casa, entre balconadas del color verde agua.
¿Retrato enigmático?...¿La cámara le robó el alma?...
Piel de chocolate, y barba con regusto a fruta tropical.

jueves, 13 de febrero de 2020

ROSTROS QUE DEJAN HUELLA (1) por JESÚS CARBONELL

Una sutíl esperanza resbala por sus finos labios, aunque la mirada se muestre ligeramente agridulce.
Floreado rostro, sumergido entre primaveras de juventud y vivos colores.
Su mirar, sutílmente incisivo, como esperando una respuesta del fotógrago...
Una fina niebla preside un paisaje con figura, posiblemente en los confines del Perú.
Las maternidades siempre motivaron a poetas, pintores y fotógrafos.
La mirada andina, entre un corolario de colores cálidos.
Un esgrafiado de líneas se unen para dar respuesta a un rostro por donde la vida pasó, dejando sus huellas...
En el fondo, es como si fuera otra "maternidad"...
Los rasgos andinos remarcan una expresión que habla por sí mísma.
¿Serán parientes?...Es muy probable, sus expresiones así lo confirman.
Sencillamente un retrato, rebosante de plasticidad y misterio.
La inocencia se agiganta, en esta colosal instantánea de Carbonell.

ALFONSO DE LA CRUZ, PRESENTADOR DE CARNE Y HUESO



Alfonso se deja ver a través de la pantalla, en el canal 7 (Televisión de Murcia); y lo hace en un espacio de grandes matices rurales llamado "Oro molío". Así, a simple vista podríamos estar escribiendo o hablando de un presentador más, de tantos como pululan por la geografía televisiva.
Para nuestra suerte y la de muchos televidentes, Alfonso es un presentador de carne y hueso, que nada tiene que ver con los estereotipos que ciertas cadenas diseñan para estos profesionales. Profesionales que están mas cerca de ser "humanoides", personajes que nada tienen que ver con el mundo real, fantasmas de sí mísmos.

Como de costumbre, Alfonso, haciéndo la cata del menú de turno.

 En Oro molío, Alfonso no entrevista a nadie, no vende humo ni regala epítetos ni floripondios a sus invitados; Anfonso sólo charla con sus personajes, de la mísma manera que pudiese hacerlo con un amigo, un familiar. Su estilo destila la llanura y cercania de los campesinos con los que dialoga, no pretende erigirse en semi-dios de la comunicación, como hacen tantos colegas suyos, aquellos que encima pretenden adoctrinar al personal con soflamas moralistas que ni ellos mísmos sienten, pero han de ser la voz de sus amos.
En el 107 cumpleaños del trovero Juan Tudela Piernas, "El tío Juan Rita.

Cualquier rincón de la geografía murciana ha sido pisado y reverenciado por este hombre nacido en Caravaca de la Cruz, que vive con chispeante pasión cualquiera de los festejos de su tierra, siendo partícipe de ellos. Por lo cuál, la Murcia de tierra adentro, la desconocida, está siendo mostrada en este espacio que redime la mejor sensibilidad hacia el mundo rural, otorgándole protagonismo  a quienes todavía no sucumbieron al estrés de las urbes.