viernes, 26 de abril de 2019

MANUEL CARRASCO "EL EREMITA" DE CHINCHÓN


Manuel Carrasco, (fotografía del blog "El eremita")

      "Ambos se encuentran frente a frente, en el interior de un conocido café cercano a la plaza mayor de Chinchón. Elena, compañera sentimental de José Julián fue hasta los lavabos junto a Amalia. La fiesta terminó en casa del pintor chileno Muñoz-Vera, y ellos decidieron continuar por su cuenta.
-¿Sabes de algún sitio romántico para dormir aquí en Chinchón?- Preguntó el marchante.
-Posiblemente el Parador, pero también conozco uno de esos alojamientos rurales, y que estoy seguro te encantará; la leyenda dice que sirvió de estudio a Goya, cuando estuvo aquí varias temporadas acompañando a su hermano Camilo, que al parecer era sacerdote en la iglesia parroquial.
   Michel le observa tremendamente iluminado, cuando su amigo a quien los íntimos llaman "jardinero del amor" le hizo mención del genio aragonés.
-¡Extraordinario, vamos de cabeza ahí donde dices; puede ser una experiencia de altos vuelos, incluso si la leyenda no coincide, sentiremos el espíritu de Goya igualmente!..."
    Este fragmento literario corresponde a mi novela "Detectives de la pasión", y sirve como pequeño homenaje a uno de los pueblos mas emblemáticos de España: Chinchón. Y en ese mágico lugar vive y pervive en toda la extensión, don Manuel Carrasco Moreno. Le sigo desde hace muchos años, a través de su blog llamado "El eremita". Manuel viene a ser el cronista de la ciudad, quien más entresijos de la historia conoce, y además lo refrenda en diversas obras. Aunque personalmente no le conozco, sí en cambio siento su cercanía, los acompasados vaivenes de su cotidianidad, su calidez humana reflejados a través de su blog. Son tantos años, donde uno acude como quien se acercaba al oráculo de Delfos para palpar la realidad evangélica  de un eremita de Chinchón. 
  Manuel Carrasco no plasma en sus artículos la pinturería y el sabor de la Plaza Mayor de Chinchón, sin que esto indique nada contrario a la plasticidad estética de dicho enclave; para Manuel, Chinchón es un limón que él ha sabido exprimir, en cuanto a mostrar su aquilatada historia, los devenires de tantos siglos que han colmado de un crisol de matices un lugar cuya magia trasciende las modas, tendencias y cualquier tópico.
   El enamoramiento de Manolo Carrasco con Chinchón va más allá de los tiempos, no sabe de los tedios cotidianos que golpean a los amores entre humanos; la desgana y apatía que corolan estas relaciones. La relación de un cronista de la historia se hilvana lentamente como la crisálida en un gusano de seda. Tiene el ritmo  de una sonata de Bach, de un adagio de Arcángelo Corelli. 
   Si los muros de las casas hablaran no haría falta la participación de estudiosos como Carrasco, por ello entre las brumas invernales, los añejos mesones, una Plaza archifotografíada y escenario para tantas películas, unas cuestas que nos conducen a los altozanos para contemplar atardeceres que serán pintados por Guillermo Muñoz-Vera; todo como un telón de fondo con alma goyesca; ahí estará Manuel Carrasco como un verdadero eremita. Gracias, don Manuel por deleitarnos cada día con sus cadenciosos retazos de literatura e historia...

3 comentarios:

Unknown dijo...

Es increíble cómo con pocas palabras,o muchas,según se mida, se puede decir y condensar tanto,me quedas con ganas de más ,de zambullirme en tu mundo particular,donde el tiempo es un ente metafísico que no importa lo mas mínimo,consigues pararlo y fijarlo en el punto que te interesa para recrearlo y hacernos pensar y sentir,latir y palpar,

Giovanni R.Tortosa dijo...

Gracias siempre por tus divinas palabras. Sabes que este lugar emblemático como es Chinchón dejó una estela de recuerdos en nuestras vidas. Y por ello lo tuve en cuenta en mi novela. Manuel Carrasco es un personaje ilustre de esa localidad, por tanto que conoce los entresijos de ese fantástico edén; aparte de ser un privilegiado por vivir allí. Un abrazo.

Manolo dijo...

Muchas gracias, tus palabras son el mejor pago a los once años en que el Eremita ha viajado por la historia y el alma de Chinchón, y que hoy, un desconocido y desde ahora amigo, haya sabido captar lo más profundo de mis sentimientos. Un fuerte abrazo