viernes, 27 de marzo de 2015

JUAN BAUTISTA FERNÁNDEZ



 -¡Imagínese las pasiones carnales que habrán respirado estas paredes!...-; -aunque a Giacomo le daba igual, lo mismo lo hacía sobre una góndola en medio de un canal que en el recibidor de un convento; las camas no suponían un problema para él; era un mago de la palabra, un erudito, el más grande seductor de la historia...-Así me iba explicando el conde Emile Targhetta D´Audifré, quien había sido uno de los propietarios  del vetusto palacio veneciano donde residía; con un fluido italiano y ligera cadencia francesa, en recuerdo de su origen galo. Evidentemente, el conde se refería a Giovanni Giacomo Casanova.                                                                                                                                                                                         
Nos hallábamos sentados en un sofá estilo Luis XV de color rojo sangre; las paredes estaban forradas en terciopelo rojo con brocados dorados y en el centro del salón presidia un magnífico lienzo de Carpaccio. De uno de los salones contiguos flotaban los lamentos musicales de Iva Zanicchi, cuando apareció el joven mayordomo,  elegantemente vestido con uniforme azul de prusia y con paño blanco sobre uno de sus brazos portando una bandeja de plata. Ceremoniosamente inclinó su cuerpo macerado en gimnasios, y procedió a depositar el té sobre unas exquisitas tazas de porcelana china.                  
-Perdone...¿Es usted Juan Bautista Fernández?:-pregunté de sopetón al joven sirviente.
-No. Mi nombre es Jean-Claude-.       
-Ah....Disculpe; creía que.....

Cuando abandoné el palacio del anciano conde en la zona de Fondamenta Nuove para dirigirme al Gran Canal, no pude dejar de interrogarme: si realmente Jean-Claude era Juan Bautista; su "alter-ego" o un supuesto hermano gemelo o qué se yo....
Entonces recordé, mientras viajaba en el "vaporetto" hasta San Marco: que el verdadero Juan Bautista posee formas elegantes, incluso cierto refinamiento glamuroso. Que a veces se disfraza de "dandy" o de cortesano post-moderno para sumergirse y desparramar su mirada de halcón en fiestas de alto calibre y saraos presididos por fragancias de Dior, Gucci, Versace y demás atmósferas paganas. 
De piel clara y luminosa, sus ojos son como potentes faros de mirada hiper-penetrante que harían tambalear las mismísimas piedras de los muros de Jericó.                                                  
                                                
 Pero el tiempo más valorado para él es el dedicado a su pasión: la imagineria religiosa. Después de pasar por el taller de Carmen Carrillo, sus obras cada vez tienen mayor eco y son diversos lugares como San Pedro del Pinatar o Alhama de Murcia, donde procesionan sus imágenes. 
En Cieza, su tierra, todavía no debutó. Después de unos años con el "virus" Hernández Navarro, ahora la semana santa ciezana dirige su mirada hacia Andalucía. Y que sepa uno; Juan Bautista Fernández todavía no es andaluz......                               

sábado, 21 de marzo de 2015

JESÚS CARBONELL; EL FOTÓGRAFO PEREGRINO

                                                                     India.

   Es un nómada de la fotografía, un peregrino a la búsqueda de instantes vibrantes que congelar en papel fotográfico. Y porque sus personajes pertenecen al universo, él es incansable en su intento de encontrarlos, y puede transitar por la basta aridez de Marruecos, escalar en los valles andinos de Perú o vivir el colorido exultante, el tremendo olor a especias y también el patetismo, la pobreza más absoluta, incluso la muerte en algunas de las calles de la India.


                                El exotismo de la India.

   Vietnam fue su último objetivo; el veneno de la imagen inmolada en fotografías le llevó hasta ese remoto lugar. Y rescató pasajes inolvidables plasmando la sonrisa contumaz y halagadora de algún lugareño. También hubo espacio para encuadres de paisajes etéreos, salpicados de romanticismo.

El fotógrafo Carbonell entre unos amigos.

En su tierra de adopción, es decir: Monforte del Cid; en la provincia de Alicante, Jesús muestra las esencias de sus últimas experiencias, y lo hace en el coqueto Museo Íbero en su sala de exposiciones "Ginés Ruiz Nicolás".                                                

   Jesús Carbonell sufrió hace años; -cuando 
descubrió su talento innato para la fotografía- "la maladie d´amour"; una extraña enfermedad que le hizo cautivo de la luz, los atardeceres de cualquiera que fuere el lugar, le provocó enamorarse del alma de aquellas criaturas que habitan los lugares recónditos por donde pasa.

Idílica escena en Vietnam.


  Precisamente esas criaturas no provienen de ningún mundo "fashion", ni acaparan el interés de casi nadie. Viven alejados del llamado "primer mundo", marginados en consideraciones humanas; pero Carbonell sabe que hay mucha vida por sentir y a la vez mostrar en su mundo de imágenes y recuerdos como peregrino del mundo....
                                      Giovanni R.Tortosa

jueves, 12 de marzo de 2015

PEDRO PIQUERAS-RESTAURANTE "SAN AGUSTÍN"-JUMILLA

         Pedro Piqueras Palencia junto a su homónimo y amigo, el                periodista Pedro Piqueras. (foto Fernando Carcelén)

     Decir Pedro Piqueras, es como decir la cabeza visible, la imagen carismática del restaurante "San Agustín" de Jumilla. Pedro, que es un recóndito enamorado del vino que se hace en su tierra; -que llegó a ostentar el cargo de presidente en la "Ruta del Vino"-, despliega en su trabajo cotidiano, las dotes de "sumiller", jefe de sala y sobre todo muestra su afabilidad, naturalidad y el talante de alguien cercano y familiar en su atención al cliente.



    Ana María Gilar en un retrato al óleo de Giovanni R.Tortosa.

   San Agustín es una empresa con hondas raíces familiares, donde Ana María Gilar pone toda su sapiencia y talento en la trastienda, es decir: las cocinas; mientras Patrón Gilar comanda y dirije la barra del restaurante.
  La familia Gilar, que también posee pescadería propia, surte de excelentes mariscos y pescados de la bahía de Santa Pola; productos que unidos a los tradicionales de la tierra jumillana hacen que la carta del restaurante sea una deliciosa tentación  para el comensal.



               Agradable rincón del restaurante "San Agustín".

   El gran equipo de cocineros y camareros junto a la familia Gilar-Piqueras contribuyen para que una estancia en el local nunca sea la última, sino el principio de un romance.....

    Plantilla de "San Agustín".
Fotos; web restaurante San Agustín, Fernando Carcelén y "Atrezzo".
                                                               Giovanni R.Tortosa.

sábado, 7 de marzo de 2015

AURELIO GUIRAO INÉDITO

    Dibujo de Aurelio Guirao sobre el pintor Giovanni R.Tortosa en     pleno trabajo.

   De mi larga amistad con el poeta y pintor Aurelio Guirao guardo entrañables recuerdos, que el tiempo jamás pudo difuminar. Las conversaciones con él tenían unos registros altísimos y siempre me hacía recordar el arte luminoso y a la vez decadente de un cineasta de culto como era Luchino Visconti. La gran erudición de Aurelio en materias como pintura y su clara visión de la estética convertían sus teorías en auténticos festivales de sabiduría; -aunque él jamás se mostró petulante ni engreído. Todo fluía de manera natural y siempre con hondo respeto a la historia.
     Cuando venía a mi estudio de Madrid, solía tomar lápices y papel para por unos momentos sentirse pintor. Igual hacía un exquisito retrato de una modelo amiga que dibujaba el momento en que yo andaba pintando. Buena prueba de ello, es el dibujo a sepia que ilustra este artículo, donde se muestra su maestría en la composición, así como sus conocimientos anatómicos.
    Y también quedaron algunos de sus admirados poemas. Habíamos hablado de ilustrar con pinturas y dibujos míos un libro suyo, donde la temática elegida era principalmente el paisaje ciezano. Pero aquel proyecto nunca vio la luz y de aquel poemario sólo se publicaron dos temas: "Rambla del Moro" y "Palmera", que fueron incluidos en su libro "Del Verbo Vivir". El resto quedó en una carpeta en mi estudio. 
    Para satisfacción de los amantes de la poesía y en especial al grupo "La Sierpe y el Laúd";-donde Aurelio fue uno de sus fundadores les ofrezco un par de poemas de aquel proyecto:

                          DÍA GRIS
Cielo en alto balcón,
desde la cama:
página prisionera
de gris fofo,
distante.
No hay un solo renglón
de ensueño o pesadilla.
Ni siquiera en la sábana sudada
el hedor de un deseo
inconfesable.
Un gris embrutecido:
el vacío que deja
la absolución de todos los recuerdos.
En la brumosa luna del armario
y en el recuerdo lívido
del día,
barandal de balcón.
Esos barrotes tercos,
inmutables,
oscuros.
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                             OLIVO
Olivo
de cemento,
de ceniza.
Se retuerce en tu tronco un monumento
que la niebla de frondas pulveriza.
Tu milenario olvido, plata o sueño,
el cielo agujerea de alegría;
ojos celestes roen el terco leño,
por el ramaje observan tu agonía;
aguardan pacienzudos el momento 
del hacha inexorable en tala y triza;
ya van marcando tu envejecimiento,
tus ramas desgajadas, con gris tiza.
Retorso simulacro de tormento
frente a un vivir más rápido,
                                              más duro.
Morir
dolor de ser
                    mientras me siento
en lúcido ataúd, en sol oscuro,
en aire inerme, de mi pensamiento.
   

miércoles, 4 de marzo de 2015

ADAMO; UN REQUIEM POR LA PAZ



-"Es una canción que escribí en el octubre del 66, y nunca pude imaginar, en aquél tiempo, que casi cincuenta años después estaría siempre en la actualidad; con su drama. Por esa paz en Medio Oriente, que el mundo entero espera: Inch Allah..,"-



    Nada más comenzar a cantar, tanto en el escenario como en el público, se produce una catarsis. A los músicos se les intuye todavía más conectados a sus instrumentos. La voz de Salvatore se hace más profunda y trascendente; lo interpreta en castellano y  francés, mientras el público asiste en medio de un respetuoso y marcado silencio. En algunos lugares incluso hacen luminarias a través de las llamas de los encendedores. Al final de la canción, Salvatore mira hacia arriba del escenario;-como si quisiera mirar al cielo- mientras los acordes del violín de Fanny Romme se hacen más vehementes...


          Fanny Romme cantando junto a Salvatore Adamo.

    Pero el arte jamás pudo hacer nada por evitar una guerra; en este caso: la eterna confrontación entre Palestina e Israel. Un drama humano que lleva demasiado tiempo y al que no se le vislumbra final.



   Una canción, una pintura o tal vez una película jamás podrán parar la cerrazón, el fanatismo y la violencia humana. Pero al menos, siempre quedarán las loables intenciones de muchos creadores y artistas; que como Salvatore Adamo construyeron canciones como "Inch Allah" donde recuerda y hace ver el absurdo que la condición humana tiene tantas veces; quizás demasiadas....
Giovanni R.Tortosa
Fotos: Bernard Vanroye