domingo, 14 de febrero de 2016

ROSA-ROSAURA-ROSABEL


   Rosa, Rosaura, Rosabel tiene la piel nacarina y mirada delicuescente como los ángeles de Salzillo. Y bajo la luz ardiente de los crepúsculos; su perfil nos hace evocar el retrato de Isabel de´l Este, del genio de los genios: Leonardo Da Vinci. Aunque Rosa es una imagen de carne y hueso; -mientras que la imagen de la dama florentina, no pasa de ser una tablita de álamo, preparada a base de yeso, creta y orines, y posteriormente pintada con temple de huevo y óleo-; eso sí, por las manos y talento divino de Leonardo.
   Nacida en Barcelona,  después de entregarse a largas sesiones de psico-análisis imaginarias; se dio cuenta que su catalanidad estaba anémica y falta de sustancia. Por ello quiso buscar sus ancestros, emigrando a la llamada "Palestina murciana", para así reencontrarse con sus orígenes vernáculos.
   El áspero y blanquecino paisaje; -con ecos de desierto africano-, le congratuló, aunque no saciara por entero su alma. Los aromas de espliego, anís, ajedrea, salvia, eucalipto, fueron sustituidos por pestilentes y agresivos olores de basuras y desechos que contaminaron su suelo sagrado.
   Rosaura, María Rosa, Rosalinda vive en su Jerusalén particular; -un lugar donde todavía no hay asentamientos militares, ni las llamadas "guerras de religión", que "por los siglos de los siglos, amén" perviven en la llamada "Tierra Santa".
   Este Jerusalén no tiene cúpulas bizantinas, ni montes sagrados, ni muros de lamentaciones; ni siquiera turistas a la búsqueda de una hipotética "vía dolorosa". Aquí todo queda solventado con la fuerte imagen y salobre recuerdo dejado por el semblante árabe, entre sus callejuelas y taimados rincones.
   Rosa María o la rosa negra de misterio, también soñará paseos a lomos de caballo; pechos y cimbreante caderamen desnudos, por paisajes "dalinianos" en el Ampurdán; arribando hasta Cadaqués, para asomarse al "Cap de Creus" y saludar con su delicada mano de armiño a los pescadores de anchoas que navegan en sus barcazas.
    Con su voz, ligeramente grave; Rosalinda pone color en las tardes lánguidas invernales, bajo los entoldados de un somnoliento café. Y si tuviese acento "porteño", sería sin duda, una ilustre sobrina-nieta de Borges, describiendo con su prosa y verbo cálido los personajes reales y ficticios que trasegaron por su vida.
   Llegará el día, en que la potente mirada "picassiana" del fotógrafo Jesús Carbonell;-convertido en escultor- arponeará su rostro bañado en miel y esencias, para ofrecerle hacer una réplica fiel de su cuerpo. El fotógrafo-escultor procederá a modelar sus miembros; ora un brazo, ora una pierna, sus pies, su rostro....Después lo ensamblará todo;-como quien recompone un puzzle,y habrá creado una nueva Rosalinda, Rosaura, Rosabel,  que enviará a la Bienal de Venezia, para el deleite de cientos de "voyeurs".
    Mientras tanto, Rosa María regresará junto a la vetusta chimenea de leños crepitantes, para estirarse en el viejo sillón isabelino y releer por enésima vez al adorable Marqués de Sade......
                                     Giovanni R.Tortosa