La soprano española Tina Gorina en el papel principal. |
Un busto parlante de Tele-Cinco se refería hoy en pleno telediario, al 25 de octubre como el Día Mundial de la Ópera. Luego, la cadena que dedica casi toda su programación diaria a retransmitir el encierro de unos vagos profesionales apenas despachó el asunto operístico en veinte segundos. Ayer, en el día previo a esta conmemoración asistimos una vez mas a un despliegue de puro arte, que nos brindó, como cada año la Compañía de Ópera Nacional de Moldavia. Si su calidad ya es de por sí evidente, ayer modelaron la obra de Verdi de manera magistral. El teatro era el "Cervantes" de Abarán, y su aforo rozó el lleno.
Escena del famoso brindis. |
Coros, orquesta, solistas, brillaron de forma conjuntada y diría que acariciaron lo sublime.
El peso de la obra verdiana recaía en la soprano española Tina Gorina, en el papel de Violetta. Un esfuerzo interpretativo que tuvo puntos de extraordinaria belleza como fue el término del primer acto.
Tina junto a Lilia Strati en el papel de Flora. |
La voz de Tina, acariciante, empastada y con facilidad para llegar a los tonos graves, elevó la temperatura escénica. Y también sería loable agradecer a esta compañía, contar con la participación de voces españolas como Tina, verdaderos talentos y que a veces resultan desconocidos del público. Al igual que el tenor valenciano Jesús Álvarez, que tuvo una espléndida actuación, explosionando al inicio del último acto, donde hizo una potente entrada en escena.
Jesús Álvarez en el papel de Alfredo. |
También estuvo a gran altura el barítono Vladislav Lysak interpretándo a Germont. Sin duda, "La Traviata" es una de las óperas mas populares del genio italiano Giussepe Verdi, una trama donde lo dramático sólo aparece al final, escenificada en el París de 1850. El resto tiene tintes en cierto sentido optimistas. Y el comienzo no puede ser mas festivo con el famoso brindis de bebamos: "libiamo, libiamo...."
Violetta enferma, en el tramo final de la representación. |
No es ninguna sorpresa la actuación de la orquesta, dirigida por Nicolae Dohotaru. La calidad de estos profesionales es excelsa.
Nicolae Dohotaru, director musical. |
También el mencionado busto parlante televisivo se refirió al Teatro Real de Madrid para ver y escuchar ópera, como si no existieran mas opciones. Es tanto como decir que para ver corridas de toros sólo podemos ir a Las Ventas, o al Bernabeu si se trata de ver fútbol. Otros teatros de la geografía española abren sus puertas a compañias, como en este caso la Compañía Nacional de Moldavia. Ellos saben lo que es hacer año tras año giras por el país y con varias obras en cartera.
Vladislav Lysak como Germont. |
Como de costumbre, asistimos al evento en compañia del director musical y compositor, además de haber fundado un par de compañias de zarzuela en Abarán: Rogelio Gil-Serna. Siempre un placer...
Entusiasmo final de un público que supo valorar la gran puesta en escena. |
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