Desde nuestro modesto blog hemos elaborado una selección con los mejores "pasos" que procesionan en Cieza. Claro, todo ello bajo nuestra particular visión sobre dicho tema, y habrán muchos lectores que seguramente discreparán de ello. En cualquier caso hemos usado unas directrices y criterios nada caprichosos.
En principio, dividimos en tres grupos los 44 pasos que procesionan en Cieza. Y lo hicimos al igual que hacen los historiadores, bajo el criterio de la dificultad: en el primer grupo, colocamos aquellos tronos que contienen tres o más de tres figuras. En el segundo, situamos a los que tienen dos. Y en el tercero entraron el resto, es decir, aquellos pasos de una sola talla. Este último se componía de veintiuno, mientras que en el primer grupo aparecían diecisiete, siendo el segundo grupo quien menos tenía, sólo seis.
Dimos prevalencia al primer y segundo grupo, debido a la complejidad que entraña para cualquier artista imaginero crear una composición con varias figuras, que dista mucho de elaborar una imagen de vestir, donde un palo de madera sujeta un busto y cabeza, que junto a las manos es todo el trabajo que tuvo su autor. De partida, consideramos que de esos grupos, tendrían que salir los pasos más valorados, por lo anteriormente dicho: la gran problemática de componer un grupo escultórico, donde además pueda ser observado con la mayor naturalidad desde cualquier punto a su alrededor, incluyendo la visión aérea.
Esta circunstancia la tuvimos muy en cuenta a la hora de valorar aquellos grupos que seleccionamos en una criba, donde también eliminamos aquellos pasos en los que habían figuras de varios autores, por ejemplo: "Oración en el huerto" y "Flagelación". En el primero, tanto el ángel como la figura de Jesús fueron elaborados por Sánchez Lozano y el resto de figuras son de autor desconocido. Algo parecido sucede con el segundo, donde González Moreno creó su mejor obra de todas cuantas elaboró para Cieza, y los populares "sayones" son de autoría anónima. También el paso de "Cristo Yacente y Virgen del Dolor" comparten autoría entre José Planes y Álvarez Duarte.
Gestualidad, naturalidad, policromía, transmisión estética y emocional fueron elementos que tuvimos en cuenta para poder llegar a seleccionar los cuatro finalistas de una lista de diecisiete. En definitiva, la escenografía y también la iluminación; -cuando fueran pasos de noche-, tendrían también su influencia.
Aunque nos gustaba mucho su composición, que nos recordaba a Tintoretto, y visto, tanto en escorzo como desde arriba era casi perfecto, no lo consideramos como una obra redonda y maciza. Nos referimos al "Lavatorio de Pilato", que aún siendo tallas de cierta sobriedad, sin apenas refinamientos, su autor Mariano Spiteri supo otorgarle fuerza y contraste.
Hemos hecho una excepción en esta lista, reconsiderando un grupo escultórico que tiene mucho interés: "Unción en Betania" de Carmen Carrillo. El marcado acento teatral que preside esta composición, por otro lado bastante equilibrada, nos hizo reparar en ella. Las figuras de Marta y María ostentan un donaire, un portentoso embrujo plástico que no pasa desapercibido. En cambio, la figura de Jesús, quizás demasiado hierática, nos hace recordar el clásico prototipo de Jesús ante la Samaritana. Por otro lado, la puesta en escena de este paso nos parece muy sugerente y casi mágica; la iluminación envuelve las figuras desde abajo, provocando la ilusión óptica que les confiere un aire como de flotación en el trono.
Los finalistas fueron: "Santo Sepulcro", "Jesús en la calle Amargura", "La Caída" y "Entrada triunfal en Jerusalén". El paso de Manuel Juan Carrillo "Santo Sepulcro", bordea la perfección en cuanto a su estructura compositiva. Aparte del lirismo que rezuma a través de los ángeles que arropan el cadáver del Nazareno. Es, sin lugar a dudas una de las obras más poéticas de cuantas desfilan. Al respecto del paso de Hernández Navarro, diremos que nos gusta su ritmo cadencioso, los márgenes entre las figuras acompañantes y Jesús. La composición es buena. Es sin duda, la mejor obra de este autor en Cieza. Pero hay un algo que nos hace retroceder, y es esa frialdad que envuelve al grupo, a pesar del fuerte dramatismo de la escena. Y no es casual, las obras de este escultor están presididas por esa misma gelidez, como si estuvieran sumergidas en una fría niebla.
Nos quedaban "La Caída" y "Entrada triunfal en Jerusalén". Del paso de Sánchez Lozano nos gusta la alta expresividad en todas sus imágenes. Estamos ante uno de los mejores escultores murcianos con mayor conocimiento del oficio; sus obras traslucen una luminosidad inusual. Y aunque en este caso, "La Caída" no es una réplica de Salzillo, pero sí está inundada del estigma salzillesco, respira una gran potencia del maestro, y esto nos hizo reconsiderar su calificación ya que habíamos prescindido de otros grupos como la magnífica obra de Lozano Roca, "El Prendimiento", por ser una fiel réplica salzillesca. Es probable que algún lector no entienda esto, porque aún considerando que todo artista pueda tener grandes influencias de otros maestros, hemos querido valorar la personalidad de cada autor; que ésta se eleve por encima de las influencias ajenas.
Y por fin llegamos al "number one" de nuestra particular clasificación, que para muchos representará una sorpresa. Se trata de uno de los pasos con mayor arraigo popular en Cieza: "Entrada triunfal en Jerusalén". ¿Qué cosas vimos para llegar a esta conclusión? Indudablemente su composición, aparte de muy equilibrada, ceremonial y presidida de una naturalidad impactante. Los elementos están integrados en una perfecta ligazón, que le transfieren esa esencia tan apreciada en toda obra de arte: "atmósfera". Cualquier espectador puede imaginar un pedregoso sendero frente a las murallas de Jerusalén, donde transitan los personajes del paso de Carrillo, entre la algarabía de los seguidores del Maestro. La frescura y naturalidad en el caminar de las figuras que encarnan a Santiago y Juan son de una altura encomiable. Incluso podemos intuir su diálogo. La gestualidad, así como el estofado y la delicada policromía, junto a unos ropajes de cierta sobriedad le otorgan un sello de autenticidad.
En el segundo grupo, en una lista de sólo seis, cuyos pasos contienen dos figuras, elegimos como finalistas, "Coronación de espinas"; una representación del más puro barroco andaluz, cuyo autor es el cordobés Francisco Romero Zafra. Francisco Buiza, Álvarez Duarte y el propio Zafra forman la trilogía que mejor representa este estilo. Incluso cualquier espectador podría confundirse en las obras de uno u otro, ya que son muy parecidas entre sí.
Por otro lado, teníamos el bloque de madera, repleto de golpes de gubia con mayor genialidad de todos cuantos transitan por las calles ciezanas. Nos referimos a la obra del valenciano José Capuz. La sobriedad ascética y naturalidad que transmiten la figura de un Jesús, ya cadáver, escorzado, que parece escurrirse entre el regazo de una madre que llora sin que veamos lágrimas en su rostro, nos deja absortos por su maestría. Un rostro femenino, que muy probablemente sería el de Elvira Danieli, su esposa italiana, además de su modelo preferida. No hay dudas cuando pensamos que éste es uno de los mejores pasos de la semana santa ciezana.
Por tanto, hay razones de sobra que justifican esta valoración. En cualquier caso, son siempre estimaciones que en nada tienen que ver con la oficialidad, donde puede que lo más valorado sea aquello por lo que más dinero se pagó. Nosotros no tenemos que rendir pleitesía a nadie, ni cofradías, ni artistas, ni nada que tenga que ver con la semana santa ciezana. Tampoco nos van a llamar para dar una conferencia sobre el tema; por ello sólo damos nuestra opinión, que por otra parte no es fruto de la improvisación, sino el resultado de años de estudio y reflexión.
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