martes, 1 de octubre de 2019

ALEJANDRO FERNÁNDEZ, LA ÉPICA DE QUERER SER TORERO


El triunfador del festejo, Alejandro Fernández.
   El pasado día 29, en la plaza de toros de Abarán llegó la otra realidad de la fiesta taurina, un festejo para los alumnos de la escuela taurina de Murcia y Albacete. Los asistentes al evento teníamos la incertidumbre de qué podría pasar; en cambio, aquellos que asistieron dos días antes a la misma plaza sí tuvieron la certeza cuando presenciaron la corrida de feria que los tres actuantes saldrían de la plaza a hombros de los costaleros, porque todas las temporadas se produce el mismo resultado.

El ex-matador y actuál empresario Manuel Caballero junto a Liria. Álvaro Ruiz, Alejandro Fernández y el apoderado Gonzalo González.
   No hubo festival orejero con los que sueñan triunfar en esto; a ellos se les mide con otro rasero, sí en cambio lo hubo con aquellos que están inflados de dinero y exhaustos de torear o destorear, incluso alguno con un pie en la retirada. Son las dos caras de una misma moneda: la tauromaquia.
Manuel Caballero.

  La escuela taurina de Murcia , bajo la dirección de Pepín Liria y el profesor José Mari Ortín trajeron el elenco de alumnos, compartiendo cartel con el albaceteño Manuel Caballero, hijo de quien fuera figura allá por los noventa y hoy actual empresario. También Marcos Linares, quien sorteó uno de los mejores erales del festejo, que apenas le dejó respirar por sus acometidas tan seguidas. Recibió una oreja.
Borja de Noé.
  Borja de Noé puede que aspire a tomar la vacante dejada por Trigueros para capitanear la escuela; lleva buen bagaje de festejos y anduvo entonado en su trasteo. Oreja.
 
Álvaro Ruiz.

  Álvaro Ruiz también anduvo técnico y sobrado con su eral. Como el resto de los novilleros tuvo las dificultades propias en la suerte suprema. Recibió una oreja, a pesar de la intensa petición de la segunda y que la presidencia negó.

  Y llegó la hora de nuestro "héroe" de la tarde: Alejandro Fernández. En el gran ambiente de los tendidos donde se dio una gran entrada, se dejaban notar los muchos seguidores ciezanos que bien por su cuenta, o a través del club taurino llegaron hasta Abarán para ver al novillero ciezano. 

Alejandro en plena faena.
  Con nombre de cantante mejicano y un notable parecido físico con un joven Manolete, Alejandro estuvo en novillero fajador, derrochando las muchas ganas acumuladas en los últimos años queriendo ser torero. Y si no lo fuera, Alejandro tiene unas condiciones bastante notorias como "mozo de espadas". En la escuela taurina sus compañeros lo saben, es un verdadero lujo ayudando, colaborando en cualquier tarea que posibilite el triunfo de sus compañeros. Su solidaridad es innata y prueba de ello fue el permitir que dos de sus compañeros: Pedro Navarro y Juan Miguel Sandoval dieran unas tandas a su eral. El problema de Alejandro viene a ser su elevada estatura, con los erales se acentúa ese desfase estético. Indudablemente lucirá mucho mejor con el novillo cuajado o el toro cuatreño. 


   Por ello, Alejandro puso toda la pasión en deshojar un toreo donde el arrebato "manoletista" pudiese fluir entre actitudes post-modernas como los remates de faena con las consabidas "bernadinas" con el influjo Roca-Rey. Al entrar a matar se perfiló bien, se volcó en el morrillo, aunque la espada al final "hiciera guardia". Meritorio, después del gran susto que nos diera, cuando fuera arrollado por el eral en una larga cambiada. Supo reponerse y estar en novillero, que es una actitud que no siempre se lleva a término.
 
Un lance de Soraya. Colaboración de Jorge Infer.

   El espectáculo tuvo sus previos en los alumnos más jóvenes, aunque ellos hicieran exibiciones de toreo de salón. Algunos portales taurinos de cierto relieve ni los mencionan; claro, que tampoco escriben acerca de si hubo picadores en la corrida del día 27. En las crónicas no aparece el menor rastro de ellos.
 
Iker Ruiz, en un gesto de arrebato torero. La colaboración de Jorge Infer fue primorosa.

     Soraya inició la pequeña sesión con capote, brindis y trasteo de muleta; le siguió Iker Ruiz, que puso en evidencia lo que en otras plazas mostró: una conexión automática con los tendidos; con apenas once años transmite torería en sus actitudes, gestos... Sus acciones levantaron rotundos "olés" que incluso llevaron a pedir música para su breve trasteo.
 
El ciezano Leo España. Colaboración de Jorge Infer.

   Cerró el magnífico aperitivo taurino el benjamín de la escuela: Leo España. Con su habitual gracia y desparpajo hizo las delicias del público. Todo ello fue posible gracias a la colaboración del compañero Jorge Infer.
  Al final del festejo, Alejandro fue paseado a hombros, siendo arropado por sus compañeros mas jóvenes: "Relente", Iker Ruiz y Leo España; el triunfo de él también lo compatieron ellos, -como si fuera parte de ellos mismos-,  por la enorme solidaridad que siempre tuvo con sus compañeros, por la sincera entrega de un soñador de la gloria...

 
Iker, Leo y Soraya ante la fuerte ovación que les tributara el público.


   

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