miércoles, 28 de agosto de 2019

TORRENTS-LLADÓ, AÑOS DESPUÉS


El pintor Torrents-Lladó en una fotografía de David Hamilton.

    Sólo tenía 47 años el pintor de Badalona, Joaquín Torrents-Lladó dejaba de existir por la complicación de un aneurisma de aorta. ¿Qué hubiera sido de su corta pero provechosa carrera artística, de no haber fallecido a esa edad? 

El pintor y profesor, en el claustro de entrada a su Escola Llibre, donde impartió clases a sus alumnos.Foto, Belart.
  Siempre será un enigma esa respuesta, pero sopesando el talento de este artista catalán y su innegable facilidad para vender su propia imagen, la respuesta no estaría en el viento, como versa la canción de Dylan, posiblemente hablaríamos de un consumado artista de caché y proyección universal. Ya lo era en su trepidante y polifacética vida, pero sus últimos años tuvieron mucho que ver con la cultura japonesa, y desde esa coyuntura su obra hubiese tomado una mayor dimensionalidad. 
Su fuerte siempre fue el retrato de personalidades de la política, actores, jefes de gobierno y algunos clientes particulares.

Pintando a Isabelle Huppert.

Por tanto, su actividad hubiese seguido en esa línea. Por otra parte, dedicaba su tiempo a la docencia, impartiendo su peculiar filosofía de entender el arte y que poco tenía que ver con las escuelas de bellas artes. El palacete de la calle Portela sería la sede de su afamada Escuela libre del Mediterráneo en Mallorca, y años después abría una sucursal en Barcelona.
Alumnos en plena sesión de retrato, en la Escuela Libre del Mediterráneo en Mallorca.Foto Belart.

   Composiciones, retratos y paisajes eran las temáticas de sus numerosas exposiciones. Si uno veía cualquiera de esas muestras, advertía que los retratos pertenecían a una técnica y un lenguaje pictórico que les acercaba a la tradición retratista del siglo XVII. Sin embargo, los paisajes y jardines eran obras en proceso de deconstrucción; destilaban un aire impresionista y se palpaba que aquello eran ejercicios donde su autor jugaba y experimentaba con texturas, efectos, y gamas de color que en los retratos no tenían cabida. Los retratos venían a ser trabajos sumamente elaborados, mientras que paisajes y composiciones pertenecían a un mundo mas liberado y no tan sujeto a las exigencias de un parecido casi fotográfico con respecto al modelo.
 
Sus clásicos paisajes de lugares mallorquines. Un impresionismo, que nada tiene que ver con sus retratos.

    Pasados los años desde su desaparición, ¿qué cotización tienen hoy sus obras? Hemos cotejado datos de algunas subastas donde han salido obras de Torrents-Lladó, y el resultado viene a ser de estabilidad; se podría decir que su "caché" no subió, pero tampoco bajó. Los precios que hoy rigen en torno a su pintura son muy parecidos a los que tuvieron en su venta inicial. Por otra parte, Torrents no fue un artista mimado por el sistema político, y hoy, si viviera tampoco tendría esa cobertura. Nuestro país, o mejor dicho nuestro sistema político nunca tuvo en consideración aquellos pintores de tendencia figurativa, y en este caso mucho menos, hacia un artista que se movía entre la jet-set internacional. Tampoco a Torrents le hacía falta esa coyuntura, ya que su potente clientela le bastaba para difundir su prolífica producción.

Retrato de Pino Patiño. Óleo sobre lienzo.

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