martes, 26 de marzo de 2019

LEA VICENS "ENSUEÑO NIMEÑO"

    
Lea Vicens.

  En mi novela "Detectives de la pasión", uno
de los protagonistas es un joven soñador de la tauromaquia. Quería ser torero y  pensaba que algún día de gloria saldría por la Puerta de los Cónsules o de la Maestranza. Había nacido en Nimes, de padre español y madre francesa. Una tarde en Arles, un novillo de "Hoyo de la gitana" le borró sus anhelos y tantos sueños. La tremenda cornada le partió la femoral y salvó la vida de puro milagro.


       Ayer, viendo y sintiendo como Lea Vicens creaba una perfecta trinidad, que eran toro, caballo y ella misma, los recuerdos de Nimes volvieron a aflorar. Y comprendí que el arte del rejoneo resplandecía todavía más cuando una amazona actuaba a lomos de unos caballos, que ya de por sí son puro arte.

    Los hermanos Peralta han sido fundamentales en el devenir torero de Lea. Y no en vano, lleva media vida en Andalucía, en una vida nada cómoda y que tiene mucho de  tesón y dura disciplina diaria. Amaestrar unos caballos para la lidia no debe ser una milonga para nadie; insuflar a esos animales el lenguaje que les unirá durante la lidia son conceptos que tienen que ver con la alquímia y la magia.


    Pero ella es otra "rara-avis" en el mundo del toreo, como lo fuera Luis Francisco Esplá, Roberto Dominguez y otros, que apenas se identificaban con el taurinismo rampante. Lea es torera cuando actúa y entrena, para después olvidarse de ello. Aunque esto no signifique dejar de lado la pasión hacia su profesión.


    La torera discípula de don Ángel Peralta lo es por pura convicción, sin haber arrastrado antepasados taurinos. Tuvo la dicha de nacer en esa ciudad romana-francesa que es Nimes, el crisol taurómaco de la Francia sureña, donde los aficionados son leídos, instruidos en la biblia del toreo. Y las castas más potentes como Saltillo, Santa Coloma, Urcuola están siempre presentes.


   Licenciada en biología,  amante de la naturaleza y la lectura; su personalidad no solamente se reviste con el armazón que da el carácter taurino; Lea es mucho más que eso, no se deja embaucar por feminismos impregnados de fanatismos; así como políticas prohibicionistas. Lo tiene tan claro como cuando se enfrenta al toro. Gracias Lea, por la frescura que aportas a la tauromaquia contemporánea....
                 Texto y fotos de Giovanni R.Tortosa

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