lunes, 16 de septiembre de 2019

TORMENTO Y ÉXTASIS DE JUAN BAUTISTA

Bautista junto a su última obra.

  Los escultores especializados en el mundo sacro, es decir "imagineros", dedican todo su tiempo a la creación de figuras que enaltezcan las creencias cristianas. Estos artistas no tendrían trabajo alguno con otras religiones, donde no se venera figura egregia o mítica. El dios de los judíos no tiene formas físicas y la idolatría figura entre sus pecados de alto calibre.

   El caso de Juan Bautista es enteramente opuesto a la mayoría de los recreadores del arte sacro; él llena su existencia en el vértigo sensualoide de las pasarelas y su alma cuelga en la imaginaria percha de un "photocall".  La feria de las vanidades discurre por sus ojos estirados con la misma naturalidad de quienes toman café en la barra de un bar. Él es un hombre como diseñado para esos eventos, donde la frivolidad es carne sustanciosa que alimenta a las criaturas con ínfulas de divinidades terrenales. Hace unos meses, el escultor-modelo abandonó temporalmente su excitante vida fashion para adentrarse en la soledad de su taller y así poder abordar el importante encargo
 
Juan Bautista junto a miembros de la cofradía y su colaborador Antonio Milanés.

   procedente de una cofradía de Tobarra (Albacete). Se trata de un retablo que cobijará una imagen de la madre de Jesús en la iglesia parroquial del mismo pueblo. Estas obras le sirven a Bautista de la Vera Cruz para contrarrestar su vida cosmopolita, reduciéndola a lo sencillo y elemental, como si fuese un ermitaño medieval. Y puede, que también le rescaten de la vaciedad y el ruido mediático para aposentarse en una especie de atormentado éxtasis místico que le provocarán las horas pasadas en el taller mientras las gubias acarician la madera, deshojando y desnudando volutas y relieves que perdurarán en el tiempo.
   Es tal su entrega y devoción al trabajo, su absoluta abstracción de la realidad, que su tierra murciana se hunde en el fango de "Dana", esa horripilante gota fría que asoló el sureste español y él apenas se enteró.  
  Gracias al Cristianismo, hoy podemos disfrutar de grandiosas obras tanto pictóricas, escultóricas o musicales, surgidas para elevar los espíritus de los seguidores cristianos: Bach, Mozart, Leonardo, Massacio, Rafael, Della Francesca, Miguel Ángel y tantos otros tuvieron entre sus temáticas la propagación de la fe cristiana. Ahora, en pleno siglo XXI, Bautista se une a ellos.

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