miércoles, 28 de diciembre de 2022

LA FILARMÓNICA DE MOLDAVIA EMOCIONA EN ABARÁN

 Anunciar cualquier orquesta de origen ruso es siempre garantía de éxito y ayer pudimos deleitarnos con la Filarmónica de Moldavia en Abarán. La "bombonera cervantina" registró un lleno con algunos vacíos en los palcos altos, y el respetuoso público pudo vibrar con la magistral interpretación de sus componentes, perfectamente dirigidos por el joven Denis Ceausov. Una dirección marcada por la sobriedad, sin sobreactuar, pero con firmeza y rotundidad.

 


Jesús de la Cruz Montiel "Piti" hizo de presentador y con su verbo cálido y directo nos vaticinó una noche de pasión musical. Realmente acertó, ya que la orquesta moldava puso en escena todo un torrente de calidad técnica, de profesionales contrastados, a la vez que rociaron de humildad y talento el escenario. 

"Piti" también agradeció la presencia del maestro y compositor Rogelio Gil-Serna y de su sobrino, el actor Javivi Gil, reconocido entre otros trabajos por su participación en la serie "Ana y los siete". Con ellos compartimos el palco, que por cierto tiene el nombre del maestro abaranero.

 


Si hacemos una sinopsis de lo que fue el concierto, tendremos que quedarnos con la primera parte. Fue lo más recóndito y de mayor profundidad musical. La interpretación de "Danza de Anita" de Edvard Grieg fue para nosotros el punto sublime de la noche. Una pieza de por sí complicada y que fue fascinantemente bordada por los músicos y director.

 


La segunda parte fue una trama diferente, de color alegre y desenfadado, donde los Strauss coparon el protagonismo y se dejaron sentir con auténtica vehemencia. La orquesta obsequió al personal con algunas licencias humorísticas; -cosa que gustó a muchos y otros opinaron que aquello restaba seriedad al evento. 

 


Los coros de "Amigos de la Zarzuela" de Abarán cerraron la gala cantando un par de villancicos, destacando un bello Adeste Fidelis. Y como todo entró en una fase festiva y multicolor, el presentador acabó dirigiendo la última pieza, que no era otra sino la famosa marcha Radetzky.


Mientras nos disponíamos a pagar el ticket del parking, el actor se dejaba fotografiar por algunos admiradores, a la vez que escuchamos algunos comentarios acerca del evento musical. El personal salía contento del teatro, a la vez que decían sentir cierto empacho estomacal por la familia Strauss.

 


Texto y fotos de Giovanni R.Tortosa.

No hay comentarios: