El destino parece haber proyectado un final para la mejor época vivida por el equipo de fútbol F.C. Barcelona. La muerte de Tito Vilanova es como la certificación de ese fatal designio. Aunque ahora, ya nada importe; pues la muerte tan a destiempo en un hombre tan joven, con la sencillez y discreción por bandera deja atrás cualquier valoración de triunfos deportivos; -aunque a los aficionados siempre nos quede el haber contemplado el fútbol con mayor estética que se halla realizado jamás.
Vilanova, que tuvo en el Celta de Vigo su mayor referente como jugador, anteriormente lo fue en el Figueras y Barcelona B. Como todo jugador, forjado en "La Masía", su sueño era alinearse algún día en el primer equipo, pero aquello no fue posible y hubo de buscarse la vida con otro estatus en el mundo del fútbol.
En el 2003 comenzó a fraguarse, lo que con el paso del tiempo sería etiquetado como mejor equipo del mundo. Ese año, después de unas elecciones, había sido elegido Joan Laporta como presidente. Este había consultado previamente a Johan Cruyff, acerca de su paisano Frank Rijkaard. Johan le respondió positivamente, aludiendo al talento como entrenador de Frank, aunque también le matizó, que a este le faltaba carácter, que era demasiado complaciente y educado con los jugadores. Tanto Johan como Frank, habian bebido de las fuentes de otro holandés: Rinus Michels. Como a tantos entrenadores, al principio el banquillo blaugrana le resultaría incómodo; y los aficionados, siempre impacientes, pensaron que el holandés nacido en Surinam no era el entrenador ideal para el club barcelonista. Su primera temporada fue más bien gris, y Rosell; -por entonces vicepresidente ya pensaba en echarle del club-, mientras el "visionario" Laporta prefería calma y seguir confiando en Frank. Posteriormente llegaron dos ligas consecutivas y la consecución de la copa de Europa en París. El Barcelona triunfador, desplegando el fútbol jamás soñado ya era realidad, y también fueron los años de inicio de los que serian estrellas como Iniesta y Messi entre otros.
Pero Frank acabó su etapa y marchó. De nuevo Laporta echó mano de sus dotes adivinatorias y apostó y confió en quien nadie lo hacía; era Pep Guardiola. Ni los más conspicuos periodistas deportivos, los "gurús" de este entramado apenas se fiaban de un preparador de tercera división, por muy barcelonista que este fuera. A su vez, Guardiola traía consigo a Tito Vilanova, en el papel de segundo entrenador. Todo eran escepticismos en el ambiente. Y el tiempo demostró que pocos entienden de esa cosa extraña llamada fútbol. Los éxitos de Pep al frente del club catalán fueron contundentes e incontestables. Era el equipo que muchos querían imitar; cuyos jugadores eran verdaderos magos, más que propiamente deportistas y los aficionados emocionados del Camp Nou tal vez pensaron que jamás se verían en otra situación idílica.......
Agotadas sus fuerzas, quemadas sus ilusiones y demás incentivos, Pep optó por dejar el barco azulgrana y tal vez Tito se sintió el hombre más dichoso y feliz del mundo, cuando fue nombrado sustituto de Guardiola. Y su temporada, y también la única, fué todo un dechado de records ; los artistas surgidos en "La Masía" siguieron diseñando jugadas imposibles, efectos únicos, etc....
Mas Tito Vilanova se fue, y con él también se fueron el arte de lo mágico, la fantasía de un fútbol de más allá de los sueños....
Tito arrancó a jirones los últimos suspiros de aficionados, que jamás volveran a sentirse en el edén futbolístico....
Gracies per sempre Tito.....
Giovanni R. Tortosa
A Piedad Quijada, tremenda seguidora "culé".
Fotos: republica.com y periodistadigital.com
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