Ser "cabo de andas" todavía no es una profesión; -aunque las procesiones de Cieza, cada año van ganando más interés, siendo su Semana Santa la mayor fiesta de esta localidad murciana-, y por tanto sus dirigentes deberían tenerlo en cuenta, aunque sólo sea de modo simbólico. Francisco Vázquez lleva casi toda su vida en estos menesteres. Y posiblemente ostente el honor de ser uno de los mayores veteranos en tan elocuente "oficio". Tomás Vázquez Aroca, su padre, ya lo fue; primeramente comandando el paso de "La Samaritana" para después hacerlo durante muchos años en la cofradía del "Cristo de la Agonía". Así pues, Paco "el psicólogo"; -tál como se le conoce en Cieza-, heredó de su padre la singular labor de procurar el mejor orden y disposición en cada trono portado por los anderos de su cofradía. Él siempre se dirige con sumo tacto y sensibilidad a los suyos: Pelayo, Paco Ruiz, Joaquín Jordán, Javier Avellaneda, Manuel Verdejo y tantos otros con los que elabora el mejor ambiente para procesionar en los días mágicos de un lugar que vive intensamente las esencias y energías que propician estas manifestaciones artistico religiosas. Él, sin pretenderlo, es un protagonista afortunado por contribuir cada noche de Jueves Santo a uno de los más singulares espectáculos: la conocida como "Procesión del Silencio". En Paco recae la responsabilidad de sacar el trono del titular de la cofradía, en noche de luna llena, de ambiente absolutamente rebosante de gentes ávidas de saborear el dulce y mágico estigma que van dejando sombras y tenues luces, aromas a cera, arpegios de violín y alguna que otra "saeta"....
Pero las grandes pasiones también tienen su lado amargo, y la semana santa ciezana es así, pura pasión. Y digo esto, porque hace años Paco vivió la injusticia y puede que el ensañamiento de cierto sector fanático de esta fiesta. Los foros de internet vomitaban opiniones acerca de un "post" titulado: "brazo roto"; -en clara referencia a un suceso fortuito: en noche de miércoles santo, Paco dirigía, como tantas veces el trono de "La Flagelación", en la denominada calle Larga, cuando un brazo de uno de los "sayones" cayó desplomado hasta el fondo del trono, al haber colisionado con uno de los balcones. Se escucharon algunos gritos del público, mientras Paco no perdió la calma siguiendo la dirección de sus anderos hasta llegar el relevo. Pero la resonancia de este hecho tuvo sus reflejos: a Paco se le enjuició duramente, como si hubiese cometido un acto criminal. Y es paradójico que aquello fuese valorado en grado superlativo cuando todos sabemos que año tras año casi la totalidad de hermandades y cofradías realizan trabajos de restauración en tronos e imágenes. Por tanto, el "brazo roto" sería una pieza más a restaurar.
Francisco Vázquez Villa, aparte del loable trabajo vocacional se dedica a la psicología; un médico del alma, -que diría el poeta. Estudió en Madrid y decidió establecerse en Cieza. Reservado y carismático, afable y siempre fiel a sus querencias y amistades, Paco nunca hizo gala de su intelectualidad, de veleidades políticas, de intereses fatuos. Sólo recuerdo haber oído su voz en medios públicos, en jugosas tertúlias de la cadena Ser ciezana, dirigidas por Piedad Quijada. Quizás porque Paco siempre caminó de puntillas, con la humildad como estandarte y por ello su presencia en los desfiles pasionales pasa más desapercibida; precisamente en esos eventos donde la "feria de las vanidades" aflora con tanta vehemencia....
Fotografía de Piedad Quijada.
Pero las grandes pasiones también tienen su lado amargo, y la semana santa ciezana es así, pura pasión. Y digo esto, porque hace años Paco vivió la injusticia y puede que el ensañamiento de cierto sector fanático de esta fiesta. Los foros de internet vomitaban opiniones acerca de un "post" titulado: "brazo roto"; -en clara referencia a un suceso fortuito: en noche de miércoles santo, Paco dirigía, como tantas veces el trono de "La Flagelación", en la denominada calle Larga, cuando un brazo de uno de los "sayones" cayó desplomado hasta el fondo del trono, al haber colisionado con uno de los balcones. Se escucharon algunos gritos del público, mientras Paco no perdió la calma siguiendo la dirección de sus anderos hasta llegar el relevo. Pero la resonancia de este hecho tuvo sus reflejos: a Paco se le enjuició duramente, como si hubiese cometido un acto criminal. Y es paradójico que aquello fuese valorado en grado superlativo cuando todos sabemos que año tras año casi la totalidad de hermandades y cofradías realizan trabajos de restauración en tronos e imágenes. Por tanto, el "brazo roto" sería una pieza más a restaurar.
Francisco Vázquez Villa, aparte del loable trabajo vocacional se dedica a la psicología; un médico del alma, -que diría el poeta. Estudió en Madrid y decidió establecerse en Cieza. Reservado y carismático, afable y siempre fiel a sus querencias y amistades, Paco nunca hizo gala de su intelectualidad, de veleidades políticas, de intereses fatuos. Sólo recuerdo haber oído su voz en medios públicos, en jugosas tertúlias de la cadena Ser ciezana, dirigidas por Piedad Quijada. Quizás porque Paco siempre caminó de puntillas, con la humildad como estandarte y por ello su presencia en los desfiles pasionales pasa más desapercibida; precisamente en esos eventos donde la "feria de las vanidades" aflora con tanta vehemencia....
Fotografía de Piedad Quijada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario