En el número 25 de la calle Claudio Coello se situa esta yá clásica galeria madrileña; en plena zona de anticuarios y diversas galerias de arte. Algunas de ellas, ya pasaron a mejor o peor vida, -según se mire-, táles como Heller o La Kábala, por citar algunas.
Maria Luisa es du directora, y la persona clave del éxito que durante varias décadas viene acompañando a esta sala de arte. A Maria Luisa de Sokoa, tál y como se le conoce en mundillo del arte madrileño, y como diría mi amigo, el marchante Antonio Correa; se le puede ver en la planta baja del local, sentada elegantemente junto a una gran mesa repleta de catálogos, libros sobre pintura y demás enseres. Su mirada escrutadora, su habitual cigarrillo en los labios, el tono grave de su voz y una conversación junto a su propia hija, algún empleado, o el pintor de turno le confieren esa cálida imagen, en su rincón quizás más apreciado.
La linea de esta galeria está en la pintura figurativa, a veces lindando con el hiperrealismo, nutriendose de autores catalanes, vascos y andaluces predominantemente. Sin lugar a dudas, la figura de la galeria, el "number one" es la más famosa monja-pintora de la España actual, como es Isabel Guerra. El hiperrealismo romántico, con ínfulas espirituales de Isabel causa auténtico furor entre los coleccionistas, cada vez que sus obras se muestran en Sokoa.
Pero esta galeria siempre tuvo el prestígio de acoger buenas exposiciones y de vender casi todo lo que se exponía; circunstancia que provocaba el resquemor y cierta envidia entre algunos de sus colegas. Y es que Maria Luisa está siempre preocupada por sus pintores y clientela. Los catálogos de Sokoa son casi libros, incluyendo todas las obras que allí se muestran, sean treinta o sesenta, dá lo mismo. A veces se compra mediante el catálogo. Recuerdo como una exposición de Beltrán Bofíll se había vendido casi en su integridad, sin haber llegado los cuadros a la galeria.
También en Sokoa se han vivido momentos extraños, como aquel que tuvo de protagonista al artista Fernando Rivero, cuando una señora, -por aquél entónces-, directora del BOE compraría unas obras de Rivero en nombre de la reina, haciendole diversas promesas con intenciones de rebajar el costo de aquellas obras. Aquél triste y polémico "affaire" tuvo su resolución en los juzgados.
Mientras otras galerias de arte alquilan sus espacios a los pintores ávidos de mostrar sus obras, sin importarles sus más o menos ventas realizadas, Sokoa prosigue en su linea de siempre, la misma que le ha otorgado el éxito en el complicado mundo del arte.....
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