lunes, 4 de octubre de 2021

RESTAURANTE "RAMÓN", UN LUGAR CASI DE ENSUEÑO

El restaurante "Ramón" es uno de esos locales que pueden sorprendernos gratamente, estando situado en una población y no en una gran ciudad. Por ello nos congratulamos que alguien decidiera crear ese singular espacio en Monforte del Cid. El oficio y la profesionalidad de su dueño, Ramón Rodríguez se perciben de inmediato, y no es extraño cuando este hombre se educó y cultivó en lugares emblemáticos como es "Jumillano" y "Nou Manolín" de Alicante.

Nada más adentrarnos en el restaurante sentimos aquello como un lugar de gran calidez, acogedor y atractivo. Está conformado por tres espacios: dos comedores amplios y un pequeño receptáculo que queda en la entrada, y que viene a ser el rincón intimista y más coqueto del lugar. Precisamente ahí, tuvimos nuestra primera experiencia, en compañía de unos grandes amigos: el matrimonio Galváñ Botella y el  fotógrafo Jesús Carbonell. Ellos son fieles del buen hacer de Ramón, de paladear sus creaciones.

En realidad, este restaurante ofrece una cocina de rango casero, de platos de toda la vida en contraste con otros de factura más actualizada pero sin llegar a las extravagancias que algunos concursos televisivos sugieren como la gran panacea culinaria, propuestas estéticas más próximas a un cuadro de Tàpies que a un verdadero plato de cocina.

 


Los entrantes reflejan el mimo y el buen trato con el que fueron elaborados. Tomamos unas albóndigas de calamarcitos, con un fondo y empaque realmente sabrosos. Unas ensaladillas "rusas" de la casa, coronadas con huevas de trucha realmente apetitosas, así como unas exquisitas lonchas de ibéricos. Unas zamburriñas gratinadas también nos dejaron los ecos marinos de esta cocina alicantina.

Elegimos un rodaballo, a sabiendas que son pescados de una elaboración mucho más compleja que otros. La respuesta la tuvimos en un rodaballo de una suavidad y texturas como el terciopelo, junto a un fondo verdaderamente delicioso de gambas y verduritas rebozadas.

La carta de vinos de este local es casi inabarcable; contiene vinos y cavas de todas procedencias, y además decoran algunas de las paredes del establecimiento. El servicio es rápido y eficiente, atendido por encantadoras camareras. Aparte del buen comer, lo que sobresale en este restaurante es su atmósfera, donde una ajustada iluminación de corte intimista hace resaltar la colección de litografías, pasteles, acuarelas,  y algunos óleos junto a cerámicas y fotografías que cuelgan en sus paredes. La conjunción de todo ello nos lleva a disfrutar ampliamente de una panoplia de sensaciones que a buen seguro provocará la felicidad de hallarnos en un lugar casi de ensueño.




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