El dinámico y siempre actualizado profesor Galváñ Botella nos hizo llegar estas imágenes teñidas de melancolía, que vienen a ponderar tiempos pretéritos de nuestra bella y querida Aspe. Al igual que un guía turístico dirigiendo un grupo de japoneses en la Puerta del Sol, nuestro entrañable profesor nos ha ilustrado acerca de tales impresiones gráficas, toda una retrospectiva mirada al pasado de una de las más interesantes localidades del interior alicantino.
Entre los años treinta y los cuarenta del siglo pasado oscilan estas fotografías, que muestran con nítida sobriedad la realidad de unas épocas de carencia; tiempos de entreguerra y posguerra, de un vivir al borde del alambre. Edificios emblemáticos, calles y avenidas, lugares cotidianos como aquellos lavaderos públicos, romerías con la patrona del lugar como es la Virgen de Las Nieves, que a su vez comparte patronazgo con Hondón de Las Nieves.
Pero, la historia con mayor carga de ternura contada por el profesor Galváñ, hace alusión a un perro. Así como leen, se trata de "Tarzán", un animal con alma propia, con una sensibilidad que iba más allá de lo irracional.
Tarzán asistía a todo entierro que hubiera en Aspe. Llegaba hasta la iglesia mayor y allí en la misma puerta esperaba la salida del féretro. Luego acompañaba al cortejo fúnebre como si fuera una persona más. Realmente bella y estremecedora esta historia, que nos hace meditar acerca de la gran intuición y sentidos que pueden desarrollar estos animales.
1 comentario:
Muy curioso e interesante conocer algo de Tarzán.
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