viernes, 19 de diciembre de 2008

SITGES













La blanca ciudad de Sitges, le estará eternamente agradecida al polifacético artista Santiago Rusiñol y su cohorte de amigos, por la interesante contribución que estos hicieron en la metamorfosis que hizo de un apacible pueblo pesquero, en lo que hoy es el actuál Sitges; un crisol de sensaciones aportador de todos los alicientes lúdicos, que cualquier visitante pueda encontrar. A diferencia de otros lugares turisticos, Sitges no solamente hizo de este su modo de vida, sino que creó toda una filosofia, donde el culto a la libertad, la tolerancia y "el vive y deja vivir" toda una bandera blanca al igual que la luz que baña sus calles, sus casas, sus diversas playas. "La Blanca Subur", como la llamaron los romanos, destila ese aire de los pueblos tocados por la divinidad, con esa impronta universal. A lo largo del año, se desarrollan una variedad de actividades, que hacen que Sitges viva casi en un permanente estado febríl, donde la vida transcurre en un ditirámbico proceso creador de todo tipo de sensaciones lúdicas, artisticas y que hicieron el conocido eslogan de "Sitges, aixó es vida". Sus afamados carnavales, con ciertas influencias de los blasileños de Rio, las fiestas en honor al vino, los Festivales de Cine de Terror, las exibiciones de coches de época en las carreteras del Garraf, las semanas gastronómicas, las "Xatonadas", y muchos etcéteras.....Por ello, no es de extrañar el atractivo que esta tierra suscitó en tantos artistas. Picasso visitaria Sitges, antes de viajar a su exilio parisino, Dalí escogió este pueblo para su "luna de miel" con la inefable Gala, Rusiñol adquiriria varias casas de pescadores donde hoy se encuentra el museo "Cau Ferrat", haciendo su casa-estudio. Allí se darian cita, desde Ramón Casas, Noél Clarasó, el músico Manuel de Falla y una larga lista de personajes de la época. Rusiñol, aparte de pintar, escribir teatro, ser un gran conversador y tertuliano, se hizo coleccionista de forjas de hierro, e hizo que su casa se atiborrase de estos elementos, por lo que el museo toma el nombre de Cau Ferrat. También cuelgan obras de Picasso, dos telas de el Greco, compradas en Paris y que saldrian en procesión por las calles sitgetanas ante la extrañeza de las gentes, ademas de ser escenario de parte de las Fiestas Modernistas, y en las que alguna que otra bailarina harían "strep-tease" a la luz de la luna ante las atónitas miradas de algunos pescadores y la complicidad de las huestes de Rusiñol. Todas estas cosas hicieron de Sitges, una especie de Saint-Tropez en versión española. Hoy, algunos hoteles añaden al consabido repertorio de jabones, champús, geles, esponjillas lustradoras, peines, etc, tarritos de cremas solares y cajitas de profilácticos con el nombre del establecimiento hostelero.
En la actualidad son muchas, las galerias de arte que abren sus puertas en esta villa, también anticuarios y sobre todo los muchos pintores que encontraron el lugar ideal para su trabajo creativo. José Luis Fuentetaja, de origen madrileño, es con diferencia el pintor con mayor trascendencia, su abigarrado curriculum con muestras nacionales e internacionales, su carisma personal, hacen de José Luis todo un emblema en el ámbito local. A modo de ejemplo, incluyo unas instantáneas tomadas en los momentos postreros de una cena, en el "Racó de la Carreta", donde Fuentetaja nos deleitó con su arte, junto a la marchante internacional Lucila De La Cruz, el galerista y ex-jugador del Barsa Carlos Piquero, y el simpático y explosivo Charly, dueño del local . Por cierto, si vais por Sitges, os recomiendo este bello restaurante, situado en calle Carreta, 7, con sus "delicattesen", un local desenfadado, cálido y romántico.......

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