Las rosas no tienen misterios, tienen espinas. El misterio de esta mujer reside en el encanto oculto de su rostro, en la cadencia de su pelo, en su cuerpo esbelto. Y de transfondo, un inquietante desvelo: ¿duerme?, ¿sueña?. No solo posa, reposa su cuerpo en la quietud parada del tiempo que la hace eterna. Los colores, la luz, el tratamiento del cuerpo femenino muestra un estilo peculiar de pintura, que con ser realista nos transporta a los sueños. Los sueños de este pintor los imagino en ázul lapislázuli, de casitas de ensueño, con objetos coquetos, que alegran la vista a quien los mira. Su mundo, un mundo mágico de fantasía, donde cobijarse de la realidad de la vida. Una realidad que creo que le ha sido sencilla, y que ampara a quien le admira.
Las rosas no tienen misterios, tienen espinas. El misterio de esta mujer reside en el encanto oculto de su rostro, en la cadencia de su pelo, en su cuerpo esbelto. Y de transfondo un inquietante desvelo:¿duerme?, ¿sueña? No solo posa, posa su cuerpo en la quietud parada del tiempo que la hace eterna. Los colores, la luz,el tratamiento del cuerpo femenino muestra un estilo de pintura, que con ser realista nos transporta a los sueños. Los sueños de este pintor los imagino en toques sutiles de azul lapislázuli, de casitas de ensueño, con objetos coquetos, que alegran la vista. Su mundo, un mundo mágico de fantasia, conde cobijarse de la realidad de la vida, que ampara a quien lo admira.
2 comentarios:
Las rosas no tienen misterios, tienen espinas.
El misterio de esta mujer reside en el encanto oculto de su rostro, en la cadencia de su pelo, en su cuerpo esbelto.
Y de transfondo, un inquietante desvelo: ¿duerme?, ¿sueña?.
No solo posa, reposa su cuerpo en la quietud parada del tiempo que la hace eterna.
Los colores, la luz, el tratamiento del cuerpo femenino muestra un estilo peculiar de pintura, que con ser realista nos transporta a los sueños.
Los sueños de este pintor los imagino en ázul lapislázuli, de casitas de ensueño, con objetos coquetos, que alegran la vista a quien los mira.
Su mundo, un mundo mágico de fantasía, donde cobijarse de la realidad de la vida. Una realidad que creo que le ha sido sencilla, y que ampara a quien le admira.
Las rosas no tienen misterios, tienen espinas.
El misterio de esta mujer reside en el encanto oculto de su rostro, en la cadencia de su pelo, en su cuerpo esbelto. Y de transfondo un inquietante desvelo:¿duerme?, ¿sueña?
No solo posa, posa su cuerpo en la quietud parada del tiempo que la hace eterna.
Los colores, la luz,el tratamiento del cuerpo femenino muestra un estilo de pintura, que con ser realista nos transporta a los sueños.
Los sueños de este pintor los imagino en toques sutiles de azul lapislázuli, de casitas de ensueño, con objetos coquetos, que alegran la vista.
Su mundo, un mundo mágico de fantasia, conde cobijarse de la realidad de la vida, que ampara a quien lo admira.
Publicar un comentario