Un taller de escribas residentes en la paradisíaca isla de Patmos crearon el libro más terrorífico de la historia: "El Apocalipsis". ¿Cómo se puede escribir semejante libro en un escenario idílico, de tan insultante belleza? Hoy, ya en pleno siglo XXI, el mentado apocalipsis es anunciado, y no a golpe de trompetas, sino por plastificados e idiotizantes bustos parlantes en los telediarios de medio mundo.
Estos depravados, previo incentivo económico de los gurús satánicos del planeta han puesto al personal al borde de la locura, y todo ello por un virus que nadie ha visto. Han provocado más terror que la productora Hammer, con todo su arsenal de condes Drácula, Frankestein, y demás universo de monstruos maléficos.
Mientras toma forma la nueva situación apocalíptica, el poeta Pedro Carbonell disfruta con vehemencia de su "altra passione": escribir. Y lo hace desde un lugar emblemático, que él con deliberado buen gusto eligió, la villa alicantina y marinera de Santa Pola. Procedente de una familia numerosa de Novelda, habiendo vivido y trabajado en la deliciosa Aspe, Pedro giró el timón de su vida, orientándose directamente al Mediterráneo. Quiso sentir los vientos salobres, aromados de yodo entre viejas barcas de pescadores para escribir "Los silencios del Búho". Un libro dividido en cuatro apartados, como los cuatro evangelios canónicos, que su autor dedica a la poesía más intimista; también profesa una serie de semblazas a personajes del arte, tales como Gloria Fuertes, Mari Trini, Chavela Vargas, Jairo, o Edith Piaf entre otros.
Se nota que Pedro Carbonell es un ávido observador, casi un "voyeur" de todo cuanto circunda a su alrededor. Sus poemas no sufren de cursilería, como es dado en tantos poetas, ni de expresiones alambicadas. Su lenguaje es conciso, de una encomiable sencillez; y eso siempre se agradece. La ternura está tan presente como aquellos recuerdos familiares, (Gracias, madre Lola) entre otros; amorosos y lugares que le dejaron huella sentimental. Sin duda, "Los silencios del Búho" causarán deleite y emocionarán al lector a buen seguro, ya que intuimos que su autor también disfrutó, y vivenció cada estrofa, cada palabra, cada letra...
2 comentarios:
No te conozco, pero has sabido expresar todo cuanto es éste poeta. Gracias por tu momento dedicado al libro.
Muchas gracias. Es un magnifico libro, y aquello que humildemente uno pueda expresar, es sólo el resumen de aquello que transmite.
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