Alicante que es como Barcelona pero en pequeño, abre sus brazos de dama marítima a la liturgia anual del fuego. Son las fiestas que inventaran los romanos en homenaje al astro sol coincidiendo con el solsticio de verano y que posteriormente la iglesia católica travestizara adjudicandole el apelativo de San Juan.
Las playas del "Postiguet" colocan el cartel de "Overbooking" mientras el paseo marítimo, las Ramblas o la zona de Maisonave se abarrota de gentes ávidas de disfrutar esa saludable luz alicantina, tan blanca, tan cruda, y de las sensaciones que esta ciudad ofrenda.
La plaza Puerta de Elche o también Gabriel Miró convoca bajo la sombra de su barroca arboleda, que es como un jardín japonés, a los que quieren disfrutar de un delicioso aperitivo, mientras a unos pocos metros de allí, en las puertas del "Gran Tryp Sol" desembarcan parte del personal taurino, banderilleros, apoderados y aficionados que acuden a la feria taurina.
Y en pocos lugares del planeta se encuentra uno con la variedad de arroces, como los que se elaboran en este lugar mediterráneo. Incluso algunos entendidos dicen que la calidad de sus "paellas" está por encima de la vecina Valencia.
En el casco viejo, en concreto calle de San Francisco se concentran la mayor cantidad de restaurantes por metro cuadrado de la ciudad. De todo tipo y tendencias. "A la mediodía",-como dirían en Extremadura-, se abre el telón y la calle se viste de fiesta entre toldos, carteles con el menú diario y el personal que busca comer en un ambiente distendido y agradable.
Entre ellos, "Peccati di Gola", un italiano auténtico donde su "chef" Enrico elabora auténticas delicias del país alpino.
Alacant, "La mijor terreta del mond", -como reza su famoso slogan-, tiene el menú perfecto para todo aquel visitante, ciudad no excesivamente grande, acogedora, bien iluminada, su mediterraneidad perenne, brillante gastronomía como sus pescados y arroces y unas gentes que supieron aunar las diversas culturas como la griega, romana y árabe.....
Fotografias, Giovanni Tortosa.
Las playas del "Postiguet" colocan el cartel de "Overbooking" mientras el paseo marítimo, las Ramblas o la zona de Maisonave se abarrota de gentes ávidas de disfrutar esa saludable luz alicantina, tan blanca, tan cruda, y de las sensaciones que esta ciudad ofrenda.
Y en pocos lugares del planeta se encuentra uno con la variedad de arroces, como los que se elaboran en este lugar mediterráneo. Incluso algunos entendidos dicen que la calidad de sus "paellas" está por encima de la vecina Valencia.
En el casco viejo, en concreto calle de San Francisco se concentran la mayor cantidad de restaurantes por metro cuadrado de la ciudad. De todo tipo y tendencias. "A la mediodía",-como dirían en Extremadura-, se abre el telón y la calle se viste de fiesta entre toldos, carteles con el menú diario y el personal que busca comer en un ambiente distendido y agradable.
Entre ellos, "Peccati di Gola", un italiano auténtico donde su "chef" Enrico elabora auténticas delicias del país alpino.
Alacant, "La mijor terreta del mond", -como reza su famoso slogan-, tiene el menú perfecto para todo aquel visitante, ciudad no excesivamente grande, acogedora, bien iluminada, su mediterraneidad perenne, brillante gastronomía como sus pescados y arroces y unas gentes que supieron aunar las diversas culturas como la griega, romana y árabe.....
Fotografias, Giovanni Tortosa.
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