sábado, 4 de julio de 2009

FUENTETAJA Y SITGES.
















...."Sitges, donde el vino es malvasía, la costa es oro, azul el cielo, y fuego las mujeres, y donde todo se mueve en una atmósfera de vida". (Santiago Rusiñól). Sitges no solamente dejó de ser un pueblo pesquero, para transformarse en un enclave turistico, sino que supo atraer y aglutinar a un buen número de artistas, especialmente pintores, en torno a su emblemática plasticidad. Tanto Rusiñól como Charles Deering se instalaron y dieron vida a este sitio, que habilitaba sus playas para comerciar como única forma de contacto con el exterior.





Arcadi Más y Fontdevila y Joan Roig Soler serian dos artistas que fundarian la escuela luminista de Sitges. Luego llegarian Antoni Almiral, Joan Batle, Joaquím de Miró, Joan Soler, Joaquím Sunyer, Ramón Sanvisens, Mestres Cabanes, y en las últimas décadas Francés Silué, Miguel Blesa y José Luis Fuentetaja.





José Luis Fuentetaja (Madrid, 1951), vive en Sitges desde los años setenta, encontrando en este lugar, el ideal para vivir su intensa pasión por la pintura, siendo escenario propicio para muchas de sus obras. Personajes callejeros como Serafín, quien hace de los cartones, su medio de vida, las desconchadas fachadas de casas, en calles que desembocan en el Paseo Marítimo, como la calle Carreta, donde se ubicaria uno de los primeros estudios de Fuentetaja, y en cuyo interior, el mismo pintor se autoretrata junto a la modelo, -modelos que siempre son más que modelos-, y donde se atisba la incertidumbre, el desasosiego, pero también la discreta y secreta felicidad que dá el saberse artista, aún con toda la carga de soledad, a veces incomprensión y la continua duda del creador frente a la siempre confusa realidad del mundo del arte.....

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