jueves, 30 de junio de 2022

1964, SURGE EL BESO DEL MAESTRO CARRILLO

 "No tengo edad para amarte", interpretado por la italiana Gigliola Cinquetti ganaba el festival de Eurovisión aquél año. Todavía no había degenerado en la grandiosa horterada que ahora es dicho festival. En ese año se funda la mítica banda Pink Floid. 

 


También en ese mismo año, el húngaro Elmyr De Hory se establecía en Ibiza. Aunque los lugareños y residentes en la isla le conocían como el Barón De Hory, se hacía pasar por aristócrata heredero de una gran fortuna, de su célebre casa "La Falaise" no paraban de salir innumerables Modiglianis, Corots, Pisarros, Picassos y otros autores para saciar  las vanidades de nuevos ricos americanos y japoneses. Resulta que Elmyr era un pintor que hacía "versiones" de esos afamados artistas. En la fotografía aparece Elmyr en el centro, junto a una celebre actriz francesa. Al fondo se puede ver un "modigliani" marca de la casa.


Y mientras sucedían todos esos acontecimientos, en un taller de escultores en Cieza, pueblo perteneciente a Murcia, a golpe de gubias, mazo y sacado de puntos tradicional, un maestro de trazas renacentistas llamado Manuel Juan Carrillo cincelaba un grupo escultórico pleno de belleza y magnetismo que tenía como objetivo evidenciar la gran traición que dejó sonora huella en la cristiandad. A diferencia de la interpretación salzillesca, el maestro Carrillo le puso mayor cantidad de pimienta y diríamos que hasta curry al personaje de Judas. En cambio, la actitud del Nazareno es de una pasividad repleta de cadencia, como de un poético desdén. Vestido con túnica color salmón, de su rostro pletórico de luz surge un destello de resignación profunda, como de darlo todo por perdido.

La presencia de un soldado romano, escorado a la izquierda, sirve para complementar la escena, a la vez que portando una antorcha evidencia la nocturnidad del acto. Mientras que algunos grandes pintores como Rembrandt, Goya o Caravaggio crearon atmósferas asfixiantes en dicha escena, el maestro Carrillo lo simplifica todo y remarca unicamente la gestualidad de los protagonistas en una composición triangular. A continuación les dejamos la pintura "El Prendimiento" de Caravaggio:

 


En realidad, la famosa "traición de Judas" pareciera legendaria y un tanto rebuscada; el supuesto discípulo aparece como un potente actor secundario en una escena que hace rechinar: pagarle a un individuo 30 monedas de plata por un trabajo que los romanos lo tenían gratis no tiene sentido, sobretodo cuando estos tenían controlado al grupo del Nazareno, sabían perfectamente donde hallarlo, no precisaban de un chivo o delator.
Y luego tenemos la escasa información que nos ofrecen los evangelios acerca del personaje. No hay más que ver las diferentes versiones sobre la muerte de Judas que dan los evangelistas y estas provienen de la literatura antigua. Una de estas versiones es un plagio de la muerte del rey Antíoco IV. Y otra, acerca de la muerte de Agitofel.

En el año 2011 dejamos de salir a ver otras procesiones por Castilla, Andalucía o Extremadura; nos tomamos un "año sabático" y no esperábamos grandes sorpresas cuando en  viernes santo, a media mañana atisbamos junto al bar "Cuatro esquinas" el trono que portaba "El beso de Judas" de nuestro admirado y siempre ponderado maestro Carrillo. ¡No podíamos dar crédito! Aquello nos parecía como un espejismo en el desierto, donde ves manantiales de agua donde sólo existe arena. Los veinte minutos que transcurrieron desde el citado bar hasta el ahora museo nos supieron a gloria. ¿Cómo aquella joya podía haber estado tantos años en la oscuridad?

Después de aquel rapto de locura que supuso la felicidad que nos reportó "El Beso", ya nada tuvo interés en aquella semana de pasión ciezana. El "paso" del maestro tuvo efectos vampíricos y nos dejó casi anestesiados. Al siguiente año, y como si en dicho trono anidara un tremendo "gafe" las  misteriosas fuerzas malignas que parecen emerger en estas cosas, surgieron cuál Falconeti  provocando la desaparición del "paso". 

El presidente José Antonio Ramos había tenido la febríl y romántica idea de rescatarlo, después Carmen Carrillo le haría una cura por el reuma y artritis, las afecciones sufridas por humedades, y al final "El Beso" lució espléndido en la procesión matinal de viernes santo.

Son muchos los ciezanos que desconocen estas tallas del maestro, ya que apenas se pasearon por las calles de Cieza; solamente cuatro años, y lamentablemente siempre sucede lo mismo: las cofradías no se contentaban, pensaban que aquello tenía poca cilindrada y aspiraban a coches de alta gama. Cualquiera que repare en este tema podrá entender esta realidad.

El maestro fue una carta "comodín" en manos de la semana santa ciezana; cuando la "pasta" era escasa él aportaba su trabajo, pero cuando llegaron aquellos años que el dinero flotaba en el ambiente como si fuera Arkansas con el petróleo entonces se fueron a buscar a otros, -como los americanos y japoneses buscaban las firmas de Picasso o Modigliani en los lienzos pintados por Elmyr.

 
 Sencillamente, la obra del maestro representa la edad de oro de las procesiones ciezanas; porque a pesar de todo, la excelencia de estas procesiones tocaron techo a finales de los noventa. Nos referimos a la desnaturalización que sufrieron; dejaron de tener esencia ciezana para ir transformándose en una cosa híbrida, con influencias sobretodo andaluzas. La exasperante lentitud de los desfiles se hace complicado de digerir. Pero ese tema lo trataremos en un artículo próximo.




Fotos de "Beso de Judas", Manuel Carpio.


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