JOAQUÍN GONZÁLEZ HERRERO

Cuando Joaquín González Herrero era jovencito, tuvo el honor de ser uno de los discípulos favoritos de Agapito Marazuela, -aquél ilustre músico e investigador segoviano, que andara de pueblo en pueblo a la búsqueda de letras y coplas castellanas casi perdidas en la memoria popular-. Los azares del destino llevaron al segoviano Joaquín hasta la fría y tecnócrata Bruselas, para erigirse como Fiscal Jefe en la Oficina Europea de la Lucha Antifraude; donde presumiblemente tendrá una basta e intensa labor, a la vista de las circunstancias actuales....Atrás quedaron etapas en la vida de Joaquín, donde aparecía su virtuosismo al tocar ese instrumento tan vivamente castellano como es la dulzaina, en canciones de raigambre popular o temas sacros, donde el sonido rotundo de un órgano catedralicio se ensamblaba con la sencillez expresiva de la dulzaina. Era la época de Candeal, Nuevo Mester de Juglaria, María Salgado, Silverio, etc
Su actual trabajo no terminó por convertir a Joaquín en un frio e insensible burócrata, muy al contrario, le reforzó en la persistencia de búsquedas artísticas, como la de escribir y publicar recientemente un libro en prosa sobre el vacio dejado por "aquellos seres que nos abandonaron", para cruzar "el gran océano de la vida"...Personalmente tuve el honor de contar con Joaquín en la presentación de una exposición mia en Segovia, y donde puso el mejor de los acentos sonoros con la magia de su talento. Y también recordaré a su padre, Manuel González-Herrero, todo un ilustre "hombre del renacimiento" en el siglo XX de Castilla...

Fotografias, El Adelantado de Segovia y Giovanni Tortosa.