viernes, 15 de noviembre de 2024

MANUEL GARCIA HORTELANO "TORRONTO"

Manuel pertenece a la generación que sobrevive a la post-guerra española, aquel acontecimiento fraticida entre familias, entre propios hermanos, y todo ello por el fanatismo insuflado por aquellos prosélitos y seguidores del borrachín y enmadrado Vladimir Ilich; vago genuino, siempre vivió a costa de la madre, jamás dió un palo al agua pero fue el generador del movimiento político-social más mortífero de todos. 


En una infancia plena de carencias, hambrunas y sobretodo un horizonte oscuro, sin una luz esperanzadora el padre de Manuel se vincula en espectáculos taurinos, ejerce de novillero; entonces la Tauromaquia apagaba muchas hambres y si tenias suerte y enorme talento podías hacerte  rico. Hoy es bien distinto: tienes que ser rico para ser torero.


Manuel García Hortelano

Ya adolescente, Manuel quiere seguir los pasos del padre y acaricia los sueños de todo incipiente torero. Emprende el camino de becerrista tál y como son los inícios de tán difícil carrera artística. Pronto se enfundará el traje de luces para lidiar novillos. Alternará con otros soñadores ciezanos como José Ayala "Ayalita", Manuel Fernández "El Faraón" y Lagartijo entre otros. Sus éxitos serán celebrados en plazas como Cieza, Hellín, Abarán, Murcia y otras. 


Manuel quiere potenciar su carrera y por ello decide marcharse a tierras andaluzas, allí donde poder ejercitarse con mayor ahínco y perseverancia que en su propia tierra. Consigue instalarse en la ganadería de la familia Guardiola, aquella que con el tiempo abrirá sus ramas para dividirse en otras como Guardiola Domínguez, María Luisa Domínguez Pérez de Vargas o Guardiola Fantoni. 


En dicha ganadería, Manuel va a palpar las realidades intrínsecas del toreo, a moverse con desparpajo entre los profesionales. Y allí mísmo tendrá la enorme dicha de conocer y tratar a aquél que llamaran "El Pasmo de Triana"; -que no es otro que el genial, único, venerable Juan Belmonte-, que junto a Joselito va a protagonizar la época de oro del toreo.


El genio del toreo, Juan Belmonte, junto a una rejoneadora, quien al parecer fuera su último amor antes de suicidarse.

Por ello, cuando en el presente, a sus noventa y dos años, alguien le habla sobre el genial Belmonte, a Manuel se le nubla la vista, parece enmudecer y la emoción aflora en su rostro moreno, de cejas marcadas, de mirada cetrina y entusiasta. Entonces resurge la pasión inmensa de Manuel y sus ojos sorprenden por la inmensa luz que rebosan. 

Al entonces soñador de la gloria no le fue fácil continuar en la finca andaluza; -sus recuerdos y nostalgias familiares le hacían crujir el corazón-, la melancolía le tramaba malas jugadas en los atardeceres con fondo de vacas, caballos, encinas y toros cuatreños. Intuímos que para ser torero hace falta algo más que una enorme afición; es como una religión que necesita de acólitos estrictamente fieles, que no miren de soslayo nada que no tenga que ver con la reciedumbre taurómaca, con las miradas desorbitantemente masculinas de los astados.

Manuel aparcó capotes, muletas de franela, y algún viejo estoque para ingresar en el gremio de joyeros y también relojeros.  Consideró que su paso por el planeta de los toros ya era una rémora del pasado y el mundo del comercio le recibía como si iniciara el paseíllo en la Maestranza.

Las cosas le fueron bien tanto a él como a su prolífica familia. Manolo "Torronto" siempre ha sido un hombre pragmático, con una amplia visión de la realidad. Hemos compartido con él verdaderos momentos de intensa pasión por la vida, ya sea detrás de un burladero o en la mesa de un bar, degustando unas cervezas. Escucharle siempre ha sido un deléite para los que sentimos veneración por las leyendas vivas del toreo. 

Lo mejor de todo es que Manolo no arrastra rencores ni odios a lo que en el pasado fuera su ideál de vida. Él lo lleva con una naturalidad que le hace feliz, que se sabe triunfador como joyero; -aunque tampoco haga ostentación de ello. Su pasión por la vida, su entorno familiar y sentarse cada mañana en la mesa de un café para saborear lo que pasa en el ruedo callejero de su Cieza natal. En definitiva, sentirse amigo de Manolo es como una joya que el destino le regaló a uno. ¡Gracias por ser todo una figura torera de la vida!..

                                       J. Ruiz Tortosa

miércoles, 28 de diciembre de 2022

LA FILARMÓNICA DE MOLDAVIA EMOCIONA EN ABARÁN

 Anunciar cualquier orquesta de origen ruso es siempre garantía de éxito y ayer pudimos deleitarnos con la Filarmónica de Moldavia en Abarán. La "bombonera cervantina" registró un lleno con algunos vacíos en los palcos altos, y el respetuoso público pudo vibrar con la magistral interpretación de sus componentes, perfectamente dirigidos por el joven Denis Ceausov. Una dirección marcada por la sobriedad, sin sobreactuar, pero con firmeza y rotundidad.

 


Jesús de la Cruz Montiel "Piti" hizo de presentador y con su verbo cálido y directo nos vaticinó una noche de pasión musical. Realmente acertó, ya que la orquesta moldava puso en escena todo un torrente de calidad técnica, de profesionales contrastados, a la vez que rociaron de humildad y talento el escenario. 

"Piti" también agradeció la presencia del maestro y compositor Rogelio Gil-Serna y de su sobrino, el actor Javivi Gil, reconocido entre otros trabajos por su participación en la serie "Ana y los siete". Con ellos compartimos el palco, que por cierto tiene el nombre del maestro abaranero.

 


Si hacemos una sinopsis de lo que fue el concierto, tendremos que quedarnos con la primera parte. Fue lo más recóndito y de mayor profundidad musical. La interpretación de "Danza de Anita" de Edvard Grieg fue para nosotros el punto sublime de la noche. Una pieza de por sí complicada y que fue fascinantemente bordada por los músicos y director.

 


La segunda parte fue una trama diferente, de color alegre y desenfadado, donde los Strauss coparon el protagonismo y se dejaron sentir con auténtica vehemencia. La orquesta obsequió al personal con algunas licencias humorísticas; -cosa que gustó a muchos y otros opinaron que aquello restaba seriedad al evento. 

 


Los coros de "Amigos de la Zarzuela" de Abarán cerraron la gala cantando un par de villancicos, destacando un bello Adeste Fidelis. Y como todo entró en una fase festiva y multicolor, el presentador acabó dirigiendo la última pieza, que no era otra sino la famosa marcha Radetzky.


Mientras nos disponíamos a pagar el ticket del parking, el actor se dejaba fotografiar por algunos admiradores, a la vez que escuchamos algunos comentarios acerca del evento musical. El personal salía contento del teatro, a la vez que decían sentir cierto empacho estomacal por la familia Strauss.

 


Texto y fotos de Giovanni R.Tortosa.

sábado, 10 de diciembre de 2022

"DE MARÍA", UN CLÁSICO ARGENTINO EN MADRID



Proliferan muchos restaurantes argentinos en Madrid, pero sin lugar a dudas, "De María" se ha ganado liderar esa peculiar gastronomía en la capital. No solamente la gran calidad de sus preparaciones, también la atmósfera singular que destilan sus locales. El atento servicio, muy profesional y diligente, y sus precios que nos parecen muy sensatos para un entorno de alta estética y esmerada calidad. Estuvimos en el de la calle Preciados.

 


Comenzamos con un clásico argentino como son los "chorizos criollos", que acompañados de la típica salsa "chimichurri" nos dejaron una impronta emotiva en el paladar.  Pan con mantequilla y una pequeña sopa de verduras son entrantes de la casa, junto a una copa de cava rosado.




Secreto ibérico y unos huevos rotos con jamón secundaron el escenario de la mesa. Acompañamos con unos tintos de Prado Rey y Marqués de Cáceres.

 



Los panqueques de dulce de leche son obligatorios en los postres de cualquier comida argentina. Y en "De María" los bordan. Acompañados con respectivas copas de sorbetes de limón al cava.


 

En definitiva, todo un lujo tanto para los prosélitos de lo argentino como para los no iniciados.
Texto y fotos: Giovanni R.Tortosa



martes, 6 de diciembre de 2022

BACALADILLAS A LA TEMPURA

 

Los "jesuítas" llevaron desde Portugal hasta Japón esta técnica de freír, y luego los "japos" la hicieron suya. Actualmente es muy usada en las cocinas internacionales; las frituras resultan crujientes y se conjuga muy bien en pescados, mariscos y verduras. 

 
Elegimos cinco bacaladillas de un formato más bien pequeño para realizar con semejante técnica. Limpiamos el pescado, sacando la espina dorsal y abriendo en dos. Aunque en esta técnica se utilizan trozos más bien pequeños, nosotros lo hicimos enteros. Luego salpimentamos.


Preparamos la emulsión a base de un par de cucharadas soperas de harina de maíz, a la cual añadimos la misma proporción de cerveza y amasamos. Colocamos unos cubitos de hielo para mantener la mezcla bastante fría.


En una sartén vertimos una generosa cantidad de aceite de girasol hasta lograr una temperatura aproximada de 180 grados. El contraste de aceite caliente con el frescor del pescado pasado por la mezcla hará que en un par de minutos resulte con la textura suficiente y con un ligero dorado.

 

 Lo sacamos de la sartén para depositarlos sobre papel absorbente con el fin de extraer el aceite sobrante. 


Ya tenemos el material principal para emplatar. Añadimos una cucharada grande con un extracto en conserva de pimientos de "piquillo", que proporciona una nota de color. También colocamos unas gambas cocidas. Espolvoreamos con hierbas provenzales y aplicamos una salsa que elaboramos a base de salsa de soja, aceite de oliva y miel.


DANS LES YEUX D´ THERÈSE

Una bañera de porcelana estilo isabelino, adquirida en una anticuario sirve de receptáculo marino con burbujas de jabón para que su cuerpo estire toda su sensualidad hacia el infinito. Therèse es diseñadora de zapatos de alta gama, es alta, morena y dueña de una atractiva y misteriosa personalidad. Sus espléndidos ojos, abiertos a la luz atisban y escrutan mil detalles de su entorno; apenas se escapa nada de su control.

 


Un espejo ahumado con marco barroco es testigo de sus caricias, de cómo la porosa esponja resbala por su pierna izquierda, que a su vez sobresale por el borde de la bañera. Mima su piel con la delectación de los adoradores de la belleza. La intimidad de su casa no es excesiva, ya que no hay puertas y cualquiera que pasara por allí podría contemplar el espectáculo. 

 


A escasos metros del cuarto de baño alguien trastea con cuchillos y demás enseres de cocina. Anda preparando una de esas recetas de la nueva cocina, esa que llaman de vanguardia. Un amigo, aunque secretamente enamorado de ella desde hace algún tiempo. Será por timidez, por excesivo respeto, el caso es que de sus labios nunca salió ningún requiebro amoroso para ella. Mientras filetea unos lomos de rodaballo escucha los chapoteos de agua que ella provoca al salir de la bañera. Le fascinaría estar allí, observar sus movimientos, y si ella le permitiese también colocaría una toalla sobre su cuerpo. Pero, considera que no es el momento. Y también le gustaría susurrar en su oído todo el caudal amoroso que lleva en secreto.

Mientras coloca una hoja de lechuga y le añade una cucharada de caviar de trucha, ella le sorprende embutido su cuerpo en un elegante batín de seda japonés. Arrima su cuerpo junto a la espalda de él para observar la decoración del plato. Sus cabellos negros, todavía húmedos rozan la cara del eventual cocinero, a la vez que sus pechos resbalan y laceran dulcemente la espalda, causando un chispazo eléctrico que recorre el espinazo de su amigo. Él le mira sorprendido y ella coloca el índice de su mano derecha en la boca, como pidiéndole silencio.

 


Como si fuera un ángel protector, ella le coge una mano y lo conduce hasta el cuadrilátero mágico del salón. Therèse considera que junto a la chimenea se sitúa el espacio con mejor energía de toda la casa, como si fuera el epicentro magnético de la vivienda. El naranja del atardecer se hace presente a través de los grandes ventanales  que combinan con el fuego procedente de la vetusta chimenea. Frente a ésta se halla un espléndido sofá blanco, y en uno de los extremos hace sentar a su acompañante.

Ante la desconcertante mirada de él, procederá a colocarle un foulard opaco alrededor de los ojos a modo de antifaz. Queda como un esclavo al servicio de la diseñadora, que a su vez deja caer su cuerpo a lo largo del sofá al estilo de una odalisca. El silencio de la estancia es absoluto y apenas se oye el crepitar de los leños en el fuego. Ella detesta la iluminación eléctrica y prefiere la calidez de las velas, que a través de algunos candelabros de mesa iluminan el lugar.

En su mirada hay ternura y un algo de desdén, mientras él parece un mueble más del habitáculo. Intuye el latente deseo que habita en su interior, de su querencia hacia ella. Lentamente va estirando una de sus piernas hasta colocarla sobre los muslos de él para aplicarle un suave masaje que le haga salir del letargo. La zona explorada va ampliándose y ahora su pie desnudo, aromatizado por las sales marinas apunta a la entrepierna de su invitado, el cuál va perdiendo la rigidez inicial y  siente alterado su ritmo cardiaco.

Su otro pie no quiere ser menos y por tanto también se apunta al festín, provocando una notable erección y también un rosario de jadeos. No puede aguantar más y con una ligera inclinación de cabeza, -como si quisiera pedirle permiso-, agarra con intensidad uno de los pies y con verdadero frenesí comienza a besar la zona del tobillo y talón, para proseguir en el empeine y por último los dedos. Mientras, el otro pie es firme testigo de la potente erección que va formándose. 

 


Jamás podía pensar  que el destino, en tarde invernal y rojo atardecer podría depararle. Pero también siente como sus sentidos del tacto y olfato se disparan al no poder ver; y reflexiona sobre la ceguera. Nunca vio los pies desnudos de Therèse, pero puede visualizarlos con el tacto, incluso apreciar el lacado de sus uñas; no hay durezas, tienen la textura suave como de terciopelo, los dedos son armónicos. El delicado aroma de almizcle y vainilla, que junto a las sales marinas provocan verdadera lujuria en su sensibilidad. Por ello, no cesa en sus caricias, en besos lánguidos y apasionados que va salpicando por aquellos pies, que para él son como un regalo de la divinidad.

Hace tiempo que sus ojos se cerraron y parece la Magdalena del pintor Correggio; una mano flanquea un pecho y la otra cae desmayada por su vientre. Un hilillo acuoso desciende desde el interior de sus muslos hasta las rodillas.

Y él recuerda aquella frase evangélica: "No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará"; no hace falta más, con las cargas de ternura y sensualidad encontradas....

 


Amanece en Bari, las luces del alba se cuelan por la ventana con postigos de azul añíl. Sobre una amplia cama la figura de espaldas de un hombre, arrebujado entre sábanas y sintiendo un despertar incierto, de sabor agridulce a la vez que percibe la tremenda erección que anida en su sexo. No es todavía consciente que la figura de Therèse era parte de un sueño. 

 

Ilustraciones, óleos y pasteles del pintor francés Delphin Enjolras, 1857-1945.



domingo, 4 de diciembre de 2022

GALA LÍRICA EN ABANILLA

 

 El evento ofreció gratis caviar ruso y champán francés, pero el personal prefirió irse a sus casas a comer morcillas y salchichas. Lo vivido anoche en la plaza mayor de Abanilla nos provoca muchas preguntas y escasas respuestas. La concejalía de turismo junto a la empresa Barisound ponían en escena un concierto lírico de absoluto lujo: junto a la Orquesta Lírica dirigida por Félix Sanmateo, actuaron la soprano Guadalupe Durán, el tenor Gonzalo Terán y la también soprano Belén Ruipérez.


La paulatina desbandada de los espectadores, -decían que podría estar motivada por el frío de la noche-; pero las temperaturas no eran precisamente siberianas ni hacía el frío de Burgos. Que parte de los espectadores estuviesen de pie porque sillas sólo hubo  una cantidad menor podría ser otro pretexto, que se vino abajo cuando miramos atrás antes de concluir el evento y comprobamos que la mayoría de esas sillas estaban vacías. ¿Qué sucedió entonces?

 


En nuestra dilatada vida asistiendo como espectadores y a la vez cronistas de eventos taurinos y musicales no habíamos vivido algo así: cuando el espectáculo iba in-crescenso, subiendo en calidad, emoción y los actuantes iban creciéndose en el escenario, pues en eso que el público se iba difuminando y al final, como se suele decir quedamos cuatro gatos en el recinto.

 


¿Y si este mismo evento musical hubiese sido bajo el techo de un teatro o auditorio, con todas las comodidades incluida calefacción?  Personalmente creemos que ni un tercio del aforo hubiese llenado. Ni resucitando Pavaroti.A pesar del intento de algunas corporaciones municipales por socializar ciertas ramas del arte, como en este caso la lírica, es imposible. Si pensamos que en Japón hay más aficionados al flamenco que en toda Andalucía, que la Tauromaquia nace en España, pero es Francia quien mejor la interpreta y protege, que algo tan nuestro como la Zarzuela pervive gracias a que las compañías la muestran en países americanos; y así podíamos seguir....

 


El espectáculo que se dio tuvo una altura que honestamente nunca habíamos soñado. La calidad técnica y sentimiento en la voz de Guadalupe Durán fue realmente sublime. Hacía tiempo que no teníamos la ocasión de degustar el potencial vocal de una soprano, como se dio en Guadalupe. La gran profesionalidad del tenor Gonzalo Terán se puso de manifiesto, y el cantante de Alcalá de Henares demostró el por qué de sus participaciones en el mundo operístico, zarzuelas aparte. La soprano ligera Belén Ruipérez también hizo gala de una más que sobrada profesionalidad.

Realmente fue una velada lírica para enmarcar, a pesar de la gelidez del ambiente y la escasa respuesta del público ante unos profesionales que en todo momento desafiaron las adversidades. En el repertorio no hubieron cosas tristes o excesivamente complejas como el Réquiem de Mozart, o Bela Bartok, todo fue un compendio de obras populares y atractivas tales como "En tierra extraña" ("Suspiros de España"), "El tamborilero", "El día que me quieras", "Granada", el popular brindis de "La Traviata" o el "Canto a Murcia" de la "Parranda".

 ¡Y la concejalía de turismo se andará preguntando por el resultado negativo de esta gala lírica, en cuanto al número de espectadores, cuando ellos mismos diseñaron la exposición fotográfica "Abanilla se desnuda" y que en tres días que duró su exhibición pasaron algo así como 1500 personas que previamente habían pagado 3 euros, y sin embargo en este último evento y siendo gratis pasó lo ya dicho! ¡Será que la carne y el morbo siguen tirando mucho más que la lírica, que por otro lado tiene mucho de espiritualidad!...


jueves, 1 de diciembre de 2022

LA LENTITUD DE LAS ACTUALES PROCESIONES CIEZANAS

"Lo que se hace ahora está muy bien, acaso algo largo. Hay que reconocer que la entrada de los Armaos a la plaza con las antorchas buscando al Nazareno es un momento emocionante, pero habría que aligerar el acto". Estas palabras surgen de toda una autoridad en la semana santa ciezana, como es Juan Gómez Gómez, conocido como "El Flecha", en una entrevista publicada en El Anda en 2008.

 


Y también suelta esta perla que tampoco tiene desperdicio: "Lo que mata a uno que va desfilando es la lentitud y tener que parar muchas veces". ¡Ojo, que habla en el 2008, cuando todavía no se alcanzaban las "velocidades de crucero actuales"! Nosotros estamos totalmente de acuerdo, y también creemos que las procesiones ciezanas padecen de una exasperante lentitud, de un boato excesivo. Son más lentas que el funeral de la reina inglesa.

Si las procesiones religiosas fueron manifestaciones de fe en sus inicios, en los tiempos actuales vienen a ser todo un espectáculo en las diversas ciudades y pueblos donde se desarrollan. Por tanto, deben enmarcarse en esa faceta, y por ello someterse a unas reglas que rigen esos acontecimientos públicos. Cualquier espectáculo, ya sea de carácter deportivo o artístico mantiene las coordenadas del tiempo como algo esencial. Un festejo taurino suele durar dos horas; más allá de ese tiempo, y a pesar que los espectadores suelen estar sentados puede resultar tedioso. Teatro, conciertos, acontecimientos deportivos, etc, están regulados por un tiempo límite.

Desde hace muchos años, prácticamente desde que "Tele-Red", la televisión local da cobertura a las procesiones ciezanas escuchamos el mismo soniquete en boca de algunos presidentes de cofradías: "Debido al buen tiempo reinante, queremos que la procesión se luzca, queremos recrearnos". Esto supone, a buen entendedor, que el desfile va ralentizado para mayor lucimiento,-según ellos-, y lo que debería durar dos horas se duplica al ir con velocidades de tortugas. Alguien se imagina, que al término  de los noventa minutos que suele durar un partido de fútbol, el arbitro después de haber pitado el final se dirija al centro del campo y diga a los jugadores: "señores, debido al buen tiempo que hace, vamos a recrearnos y seguiremos jugando durante cuarenta minutos más".

De todo el colectivo que participa en las procesiones, siempre nos toca la fibra sensible las bandas de músicas, porque ellos van realizando un trabajo que requiere de gran concentración, aparte de cargar con el consiguiente instrumento, y si en el largo tiempo de un desfile les viene una urgente necesidad fisiológica deben de aguantarse y proseguir. Los portapasos o anderos lo tienen fácil por aquello de los relevos. Los instrumentistas en cambio, lo tienen complicado. Y alguien nos dirá que para eso cobran, que tienen que aguantar lo que sea. Sin embargo, nos sigue pareciendo inmisericorde que tengan que soportar aquello que dice el popular "Flecha": "Lo que mata a uno que va desfilando es la lentitud y tener que parar muchas veces".
Y lo que sucede en los actuales desfiles ciezanos nos produce desazón y para colmo recordamos como una cofradía que es la del "Cristo de la Agonía" recibía multas por haber rematado su procesión del silencio un par de minutos más allá de lo estipulado por la junta general. Una verdadera contradicción, ya que ahora y al parecer esas reglas volaron por los aires, hay barra libre y los tiempos ya no son sancionables, ahora por el contrario se aplauden.

No entendemos el papel que hacen esos directivos a los que llaman "comisarios", y que constantemente vemos braceando como policías en la puerta de un colegio. Actualmente usan unos pinganillos para intercomunicarse, pero los parones y distanciamientos entre unas cofradías y otras se siguen produciendo con la consiguiente ralentización del evento. Personalmente hemos comprobado los tiempos reales de procesiones cartageneras como las de "marrajos" y "californios", y teniendo la misma cantidad de tronos que cualquiera de las grandes de Cieza, es decir: general de miércoles santo, viernes mañana y noche, las de Cartagena tuvieron una gran fluidez, un ritmo que les hacía culminar en dos horas y media.

En Cieza, con el mismo número de "pasos", se han dado ocasiones de haber duplicado ese tiempo. Ahora bien, si esto complace a los semanasanteros, pues a seguir recreándose....