martes, 31 de diciembre de 2024

¿INOCENTADA EN EL CERTAMEN MANZANARES?

Muchos de los aficionados no daban crédito a la resolución del jurado sobre los ganadores del último certamen José María Manzanares en la plaza de Alicante.  Las apuestas giraban favorablemente en torno a Iker Ruiz como ganador, pero dicho jurado optó por Rodrigo Villalón como primero y Cristóbal Granero como segundo, relegando a Iker Ruiz al tercer puesto. 


IKER RUIZ

En el lustro que hemos estado escribiendo artículos y crónicas taurinas en la web Toros de Lidia, después de creer haberlo visto todo,  presenciamos los festejos de este certamen y debemos afirmar que nunca nos sorprendieron tanto la decisión de unos premios como en este caso. Ni Villaseca de La Sagra, Calasparra o la mismísima Copa Chenel han tenido sorpresas de última hora como sucedió en Alicante.


Haberle dado esos premios a Villalón y Granero respectivamente no hace ninguna justicia a lo que vimos en ambos festejos. Si bien es cierto que  no estuvieron mal, tampoco merecieron tán alto honor. Sus faenas no tuvieron una arquitectura férrea, diversos erróres técnicos les llevaron a rodar por la arena, trasteos con muchos altibajos donde aparecieron detalles interesantes, pero que no crearon una sensación de faena compacta, sólida.  A ambos les salvaron dos buenas estocadas. Para mayor desdicha uno de los novillos de Simón Caminero, no solamente llegó entero a la hora de empuñar el estoque; es que andaba tán fresco y potente como para irse a la calle Navas de "tardeo". Y eso significa que dicho animal no fue sometido, que el trasteo de muleta no tuvo firmeza; en definitiva que no fue toreado. En todos los tratados de Tauromaquia, ya sea el de Pedro Romero, Pepe-Hillo o Cúchares siempre figura como primordial el dominio del torero sobre el toro, aminorar sus fuerzas para que llegue a la muerte habiéndo sido vencido. Aquí no se produjo y el protagonista fue premiado con los máximos trofeos. ¡Serán cosas de la tauromaquia moderna!


Evidentemente si sólo hubiese existido el último festejo los aficionados no hubieran salido del coso con la sensación extraña de haber sido engañados con el resultado. Pero, en la mañana sabatina apareció Iker Ruiz, que como si fuera un experto en pirotécnia fue recreando el escenario con una mise en scene donde variedad, buen gusto torero, valor y serenidad construyeron una faena compacta, bien ensamblada, limpia y con ribetes de arte, regalando un par de naturales que fueron un guiño al cielo, al maestro de maestros José Mari Dols Abellán. Naturales que hicieron crujir y levantar al público de sus asientos. Para finiquitar, recetó un estoconazo en la suerte contraria de efectos fulminantes, cayendo el buen novillo de Caminero en cuestión de segundos.  


Toda la esencia torera, hondura y transmisión a los tendidos de Iker Ruiz no la percibimos ni en Granero y Villalón respectivamente. Por tanto, a nosotros y muchos de los aficionados no entendimos el resultado final del evento, salvo que Risto Mejide hubiera presidido dicho jurado. Tampoco la presidencia quedó rezagada, regalando casqueria por doquier al personal torero y olvidándose que los avisos existen. Con todo esto, lo único que se consigue es engañar a los jóvenes aprendices del toreo. 


Nos gustó Pablo Galván, por su inmensa raza torera, porque como suele decirse: tiene mimbres para ser alguien en esto.


Como siempre nos gusta observar la trastienda taurina, aquello que sucede en los callejones y burladeros. Advertimos la enorme alegría del maestro Francisco José Palazón. Andaba pletórico con la faena y triunfo de Iker Ruiz. Sin embargo, una vez finalizado el certamen y concedidos los trofeos, el rictus en el  rostro de Paco no era precisamente como de haber estado en una fiesta en el Cabo Huertas. Y los tres son discípulos suyos pero, ¡algo extraño sucedió, si como enorme conocedor de la tauromaquia analizó lo sucedido!


En resumen, este certamen nos sirvió para calibrar y medir la temperatura de los participantes; de sus verdaderas aficiones y compromiso con algo tán de otro planeta como es la "Fiesta de los toros". Como siempre, también afloran aquellos que conciben este mundo singular como un escenario de postureo, al más puro estilo de la feria de las vanidades. En ese horizonte oteamos varios casos, pero, como reza el tópico: el toro pondrá a cada uno en su sitio, y también se nos viene a la mente una frase que preside la entrada a la escuela José Cubero "Yiyo" en Madrid: "Ser torero ya es difícil, pero llegar a ser figura es casi imposible". No vamos a ser tán pesimístas y de todos los participantes sólo uno nos hizo estremecernos de emoción, y eso ya es esperanzador de cara al futuro. 

jueves, 28 de noviembre de 2024

Apoteósica "Traviata" por la Ópera Nacional de Moldavia

Para los amantes de la "lírica" que, Guiomar Cantó (Madrid, 1985) se haya olvidado de ser  abogada para convertirse en la soprano que ahora es, supone una bendición de los dioses, un regalo para los sentidos. Al fin y al cabo, letrados los hay a patadas, aunque siempre en número inferior al sector parasitário de los políticos; sin embargo una cantante lírica de su refinamiento y técnica no las tenemos a docenas.


Guiomar Cantó junto al tenor Giorgi Meladze.

El recital que ofreció en la memorable bombonera que es el Cervantes de Abarán, quedó para la historia. Como si a Morante le hubieran soplado las musas en plena Maestranza sevillana y cuajara a base de duende, pellizco y enjundia su mejor faena, o como si un pintor del siglo diecinueve sacara a relucir toda la policromía de su paleta;  los infinitos matices de una diversidad cromática poco común; -hoy que casi todos los pintores pintan con escaso color y exceso de frialdad. 


Violeta Valery en el lecho junto a Annina.

Guiomar sacó a relucir todo un apasionante equipaje artístico en forma de arpegios de todos los colores y matices. Se dió el gusto de disfrutar con las diversas intensidades tonales, en subidas con agudos trepidantes y un enorme reguero de susurrantes matices en tonos medio-bajos.  Jugó con la voz como el tahúr con las cartas.


Violeta Valery junto a Giorgio Bermont.

No nos extraña en absoluto que su fetiche idílico sea el paradígma María Callas. Y no solamente brilló con la voz y sus mil matices, también lo hizo en el sentido actoral. Actitudes y poses rebosantes de armonía, tanto en las escenas corales, duetos y especialmente cuando se halla en el lecho como enferma de tísis. La manera de erguir su cuerpo, la forma de abandonarse mientras se abraza a Alfredo tienen una estética de altos registros.

Rodica Picireanu.


En definitiva, actuación brillantísima de la soprano madrileña, pero que rivalizó con otros dos portentos: el tenor Giorgi Meladze en el papel de Alfredo y el barítono argentino Pablo Rossi Rodino como padre de Violeta (Giorgio Germont).


El barítono Pablo Rossi en una escena junto a Guiomar Cantó.

La calidad vocal, la fuerza y potencia de Giorgi, y el oficio unido al talento excelso de Pablo Rossi hicieron que el público valorase sus méritos artísticos y al final fueron compensados con ovaciones crujientes y enfervorizadas. Si en 2019 vivimos una puesta en escena por la misma compañía moldava, en éste sentimos que no solamente quedaba muy lejano, es que también notamos las enormes calidades que ésta última representación nos dejó a diferencia de la anterior.


Guiomar Cantó junto a Giorgi Meladze, su partenaire.

Un trabajo coral perfectamente ensamblado, desde la orquesta dirigida por José Escandell, los coros de la mano de Oleg Constantinov, Rodica Picireanu, que también ejerció como mezzo-soprano en el papel de Flora Berboixo.  Aparte de la trilogía estelar de cantantes, también destacaron el bajo David Cervera en el papel del doctor que atiende a Violeta. Tatiana Jelchiu como Annina. Simone Frediani como Gastón, Andrei Caraman en el papel del Barón Douphol, y el bajo Constantin Pacatovici como Marqués. 


La famosa escena que precede al popular brindis.


Todo ello basado en la dirección artística de Leonor Gago, una profesional que viene avalando desde hace algunos años la calidad de esta compañía que bajo las siglas "LGAM" presenta en colaboración con el Teatro Nacional de Moldavia todo un espectáculo irreprochable en su puesta en escena.


La magnífica orquesta dirigida por José Escandell.


El público asistente que llenó casi la totalidad del aforo, tendría la sensación de haber sido ungido por un bálsamo rebosante de arte y que a buen seguro le colmaría espirituálmente en mayores dosis que haber asistido a diferentes litúrgias de diversas iglesias.



Y en todo espectáculo siempre quedan entre bambalinas, personas que también son artífices de la magia escénica: Stefan Gilca como iluminador y algo muy a tener en cuenta en la ópera, la traducción simultánea llevada por la familia García de Castro. También nuestro reconocimiento a alguien que es pieza fundamental en la organización de estos eventos líricos: Jesús de La Cruz Montiel "Piti".


Jesús de La Cruz Montiel "Piti"


Una noche lírica para enmarcar, sin duda alguna el mejor de todos los acontecimientos artísticos que hemos presenciado junto al maestro y compositor Rogelio Gil-Serna en Abarán.


Rogelio Gíl-Serna.

                       Texto y fotos de Giovanni R.Tortosa





jueves, 21 de noviembre de 2024

QUEREMOS SER GAYSES

 "Me encantó la cita; me lo pasé muy bien, es una persona encantadora pero, faltó el "feeling", por lo que no tendría otra cita".- Estas serían las respuestas más habituales de los comensales pretendientes en el espacio líder de la televisión: First Dates. Dichas respuestas vienen avaladas por mujeres de nacionalidad española, aunque los hombres, y puede que por efecto contagio también se han sumado a ese carro y ante mujeres altamente expresivas suelen decir lo mísmo. En cambio, el proceder es bien diferente cuando se trata de extranjeros, ellos "van a saco" y no suelen ser tán "tiquismiquis" como el personal español.


Antonio Jesús Riquelme y Mariano Tenza, los protagonistas principales.


Y todo esto viene a cuento de las diversas reflexiones filosóficas que puedes hacer después de presenciar la obra teatral "Queremos ser gayses" de la compañía de teatro "Virgen del Rosario" de Barinas. Así, a simple vista, es una comedia donde abunda el humor, situaciones ridículas y esperpento. Nos hizo recordar el teatro de Carlos Arniches y Alfonso Paso. Comedias hilarantes, chispeantes, que contagian de humor al espectador, basadas en el costumbrismo localísta.


Escena donde el personaje don José asesora sobre los refinamientos en la mesa.

La obra está bien compuesta y la fluidez entre las escenas es algo bien patente. El argumento vendría por el lado masculino: unos hombres de diferentes edades deciden convertirse en homosexuales; -aunque en la obra se etiqueta como "gays", cuyo significado en inglés viane a ser "alegre".   




 Pero no es porque sientan rechazo hacia las mujeres y quieran tener sexo con hombres; vienen a ser varones con ganas y apetitos de mujer, de estar cercanos a ellas, incluso meterse en cualquier probador de ropa con alguna fémina. 


Chabela Marco en el papel de "Jacinta", trabajando en el servicio de don José.

Pero ellos saben que esas veleidades son protagonizadas por homosexuales. Y encima muestran vidas de lujo, de alto estanding, y que manejan otras formas y estilos de vida por encima de los heteros. Por tanto deciden dar el paso a la transformación de sus vidas, y caen en la cuenta que no sólo se trata de cambiar el vestuario, también han de adoptar las actitudes, los gestos y en definitiva todo el argumentario homosexual. Y por ello deciden acudir al hombre de más bagaje y cultura del pueblo, llamado don José. Un prototipo burgués y conservador, que será quien les asesore acerca de los modos y refinamientos que han de tener a la hora de un evento social.


Pepa Tenza y Alejandra Carbonell.


Mariano Tenza encarna a semejante personaje con bastante desparpajo, como si cada noche saliera a escena en cualquier escenario. Junto a Antonio Jesús Riquelme llevan el peso de la obra. La comicidad de ambos es pura naturalidad, no necesitan impostar nada. En segundo plano aparecerán Clarita y Genara, esposa de Gerardo (Antonio Jesús Riquelme) y suegra.


Mari Carmen Tenza y Yolanda Tortosa.

Enterada Clarita (Yolanda Tortosa) de las retorcidas intenciones de su marido para convertirse en gay, decide acrecentarle los celos a través de sus coqueteos con el ínclito don José. Ciertamente que sus escarceos no llegarán a mucho, pero Gerardo se siente arponeado por los mismos celos. 


Antonio Riquelme y José Alfredo López.


Al final y como ellos son solamente gays de postureo y tienen la misma nula credibilidad que Feijóo y Sánchez juntos, pues han de desistir de su intentona. Quedará Pepín (José Alfredo López), hijo del venerable don José, que a la postre será el único gay verdadero en la obra.


Roberto Caballero y Mariano Tenza.


La sesión se nos hizo breve; las dos horas de duración fueron como un suspiro ya que el humor destilado fue todo un bálsamo para el personal. Y la conclusión final a donde nos condujo el mensaje y retomando las formulaciones que se dan en Firs Dates, creemos que hombres y mujeres nunca tuvieron ese nexo conductor fluido, que somos diferentes y eso hace que la fusión entre los dos géneros no sea tán natural como tendría que ser.


En el centro, la directora María del Mar Navarro.

Esperamos con suma espectación el próximo montaje de este colectivo teatral dirigido magníficamente por Maria del Mar Navarro.



Texto y fotos de Giovanni R.Tortosa

viernes, 15 de noviembre de 2024

MANUEL GARCIA HORTELANO "TORRONTO"

Manuel pertenece a la generación que sobrevive a la post-guerra española, aquel acontecimiento fraticida entre familias, entre propios hermanos, y todo ello por el fanatismo insuflado por aquellos prosélitos y seguidores del borrachín y enmadrado Vladimir Ilich; vago genuino, siempre vivió a costa de la madre, jamás dió un palo al agua pero fue el generador del movimiento político-social más mortífero de todos. 


En una infancia plena de carencias, hambrunas y sobretodo un horizonte oscuro, sin una luz esperanzadora el padre de Manuel se vincula en espectáculos taurinos, ejerce de novillero; entonces la Tauromaquia apagaba muchas hambres y si tenias suerte y enorme talento podías hacerte  rico. Hoy es bien distinto: tienes que ser rico para ser torero.


Manuel García Hortelano

Ya adolescente, Manuel quiere seguir los pasos del padre y acaricia los sueños de todo incipiente torero. Emprende el camino de becerrista tál y como son los inícios de tán difícil carrera artística. Pronto se enfundará el traje de luces para lidiar novillos. Alternará con otros soñadores ciezanos como José Ayala "Ayalita", Manuel Fernández "El Faraón" y Lagartijo entre otros. Sus éxitos serán celebrados en plazas como Cieza, Hellín, Abarán, Murcia y otras. 


Manuel quiere potenciar su carrera y por ello decide marcharse a tierras andaluzas, allí donde poder ejercitarse con mayor ahínco y perseverancia que en su propia tierra. Consigue instalarse en la ganadería de la familia Guardiola, aquella que con el tiempo abrirá sus ramas para dividirse en otras como Guardiola Domínguez, María Luisa Domínguez Pérez de Vargas o Guardiola Fantoni. 


En dicha ganadería, Manuel va a palpar las realidades intrínsecas del toreo, a moverse con desparpajo entre los profesionales. Y allí mísmo tendrá la enorme dicha de conocer y tratar a aquél que llamaran "El Pasmo de Triana"; -que no es otro que el genial, único, venerable Juan Belmonte-, que junto a Joselito va a protagonizar la época de oro del toreo.


El genio del toreo, Juan Belmonte, junto a una rejoneadora, quien al parecer fuera su último amor antes de suicidarse.

Por ello, cuando en el presente, a sus noventa y dos años, alguien le habla sobre el genial Belmonte, a Manuel se le nubla la vista, parece enmudecer y la emoción aflora en su rostro moreno, de cejas marcadas, de mirada cetrina y entusiasta. Entonces resurge la pasión inmensa de Manuel y sus ojos sorprenden por la inmensa luz que rebosan. 

Al entonces soñador de la gloria no le fue fácil continuar en la finca andaluza; -sus recuerdos y nostalgias familiares le hacían crujir el corazón-, la melancolía le tramaba malas jugadas en los atardeceres con fondo de vacas, caballos, encinas y toros cuatreños. Intuímos que para ser torero hace falta algo más que una enorme afición; es como una religión que necesita de acólitos estrictamente fieles, que no miren de soslayo nada que no tenga que ver con la reciedumbre taurómaca, con las miradas desorbitantemente masculinas de los astados.

Manuel aparcó capotes, muletas de franela, y algún viejo estoque para ingresar en el gremio de joyeros y también relojeros.  Consideró que su paso por el planeta de los toros ya era una rémora del pasado y el mundo del comercio le recibía como si iniciara el paseíllo en la Maestranza.

Las cosas le fueron bien tanto a él como a su prolífica familia. Manolo "Torronto" siempre ha sido un hombre pragmático, con una amplia visión de la realidad. Hemos compartido con él verdaderos momentos de intensa pasión por la vida, ya sea detrás de un burladero o en la mesa de un bar, degustando unas cervezas. Escucharle siempre ha sido un deléite para los que sentimos veneración por las leyendas vivas del toreo. 

Lo mejor de todo es que Manolo no arrastra rencores ni odios a lo que en el pasado fuera su ideál de vida. Él lo lleva con una naturalidad que le hace feliz, que se sabe triunfador como joyero; -aunque tampoco haga ostentación de ello. Su pasión por la vida, su entorno familiar y sentarse cada mañana en la mesa de un café para saborear lo que pasa en el ruedo callejero de su Cieza natal. En definitiva, sentirse amigo de Manolo es como una joya que el destino le regaló a uno. ¡Gracias por ser todo una figura torera de la vida!..

                                       J. Ruiz Tortosa